Cap 4: Miss you, Em.

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Habían pasado nueve días desde su encuentro, a veces parecía imposible encontrarse con él, ya que entrenaba mucho, estaba muy concentrado en el próximo partido. Sin embargo, todos los días se hacía un tiempo para escribirte.

El día siguiente en el que despertaste en la cama de Emiliano, él se había ido, antes de hacerlo pudiste ver que en su almohada yacía una nota. La levantaste y leíste lo que tenía escrito:

"Me tuve q ir temprano, quedé con los chicos p hacer un par de cosas. La tarjeta q dejé en la almohada es para q puedas abrir la puerta de la habitación. Tb te dejé para q comas algo en el restaurante abajo. Emi"

Dejaste la nota en la cama y observaste que en la almohada estaba la tarjeta, junto a tres billetes de cien dólares. "¿Qué?", pensaste. Con agilidad te vestiste y arreglaste tu pelo.
Dejaste un billete en la almohada, agarraste la nota y la tarjeta y bajaste.

Tuviste una larga conversación por teléfono con tu papá. No tenías hambre, pero decidiste pasar por el restaurante y llevar el almuerzo para llevar al hotel y comer con él.

Cuando ibas a pagar, metiste la mano en el bolsillo de tu campera y se te cayó la nota, observaste el suelo y viste que detrás del papel había un número de teléfono. Rápidamente atinaste a agacharte, hasta que te diste cuenta.

"¿Emiliano se quedó con mi bombacha?"

En el momento te sentías totalmente avergonzada, pero cuando lo recordaste luego te hizo gracia. Levantaste el papel como pudiste y terminaste de hacer todo para ir a tu casa, por suerte el dinero te alcanzó para tomarte un taxi hasta el hotel, no estaba tan lejos del tuyo.

El día transcurrió con tranquilidad. Quizás lo único que no salió tan bien fue la reacción de tu papá, luego de charlarlo con él pudo entender. No podías decirle que habías pasado la noche con Dibu Martinez, así que habían llegado a un acuerdo. Para salir de noche, ibas a tener que pedirle las llaves de la habitación y avisarle con anticipación.

Era una condena justa, él había estado muy preocupado por vos.

Por la tarde saliste a pasear, recorrer un poco te ayudó a despejar la mente. Por momentos tenías flashbacks de la noche anterior. No querías pensar tanto. Tenías miedo de ilusionarte.

Encontraste una cafetería con buena pinta y decidiste entrar, ya era tarde/noche, el sol se estaba poniendo y dentro de poco tiempo tenías que emprender tu camino de vuelta al hotel.

Pediste un Vanilla Latte frío con edulcorante y te sentaste. Cruzaste las piernas y abriste las redes por primera vez en todo el día. Lo cierto es que te habías estado conteniendo de hacerlo.

Mientras dabas un sorbo del Latte y sentías el gusto a café dulce con escarchas de hielo en tu boca, scrolleabas en Twitter. Nada interesante.

Abriste Instagram y en fila podías ver las historias de tus seguidos. Sin pensarlo demasiado, deslizaste hacia la izquierda hasta encontrar las historias de Emiliano. Su foto de perfil estaba redondeada con un círculo verde. Apoyaste el vaso en la mesa y aclaraste la garganta.

"Bueno", pensaste.
"¿Qué podría encontrarme? Fotos beboteando, alguna estupidez para que las minas que andan atrás de él reaccionen."

No sabías qué pensar. Decidiste que no te importaba (como si se pudieran decidir ese tipo de cosas) y abriste su historia.

Era un video que había subido hace 43 minutos, ni siquiera salía él. Era De Paul, pero lo grababa el Dibu.

La secuencia comenzaba con una puerta de habitación, podías ver la mano gigante de Emiliano abriéndola lentamente, Rodrigo estaba dormido y se escuchaban risas silenciosas de fondo.

—Shhh... shhhh... paren, paren. —susurraba el Dibu.

—...

—¡Ahora!

Varias manos destapaban a De Paul, que se lo veía en ropa interior y con una remera de dormir. Comenzaban a nacer las risas y se iban incrementando a medida que el video avanzaba.

De Paul, con la reacción de un animal se levantaba enojado y con los ojos entreabiertos, el flash le pegaba en la cara y la cámara se alejaba lentamente, su mano se iba directo al celular moviéndolo. El vídeo terminaba ahí. En él, se leía un texto "La revancha 🤣 @rodridepaul"

"¿Esto era?" No entendías qué acababas de ver. No entendías cuál era la broma. Quizás era un chiste interno, pero te gustaba ser parte. A la vez te daba ternura.

Sonreíste y dejaste el celular en la mesa, agarraste la bebida y la terminaste. Te levantaste de la mesa, tiraste todo a la basura y te fuiste al hotel.

Una parte de vos esperaba que Emiliano te mande un mensaje. Sí, te había pasado su número de teléfono, pero ni siquiera había pasado un día y no querías parecer desquiciada.

Cuando cayó la noche, estabas preparándote para acostarte. Te lavaste los dientes y te descambiaste en el baño, no podías hacerlo en la habitación ya que tu papá y vos la compartían.

Cuando terminaste de cepillarte los dientes y te ibas a poner el short, pudiste apreciar un moretón violeta en tu cachete del culo. Sonreíste tímida al espejo. Te sacaste una foto y te cambiaste.

Qué hermoso tenerlo grabado en tu cuerpo. Quizás era un poco loco pensarlo de esa forma, pero no podías evitarlo. Esa noche luego de cenar habías anotado su número en las notas, por las dudas. Decidiste agendarlo.

Cuando abriste WhatsApp, lo viste entre tus contactos: "Emi".

"¿Le mando?", pensaste. Ya le habías visto la historia y no te había dicho nada. ¿Igual qué te iba a decir?, él tampoco te conocía.

Después recordaste que te había dejado la tarjeta de su habitación, también se había quedado con tu bombacha y, como si fuera poco, te dejó trescientos dólares y su número de teléfono. ¿Qué más querías?

Encima la noche anterior te había cogido a pelo. Volviste a recordar. La noche solitaria y las sábanas frías te hicieron sentir que lo extrañabas.

"Qué intensa de mierda", pensaste. Pero la noche anterior habían dormido abrazados, desnudos. Habías estado sintiendo su olor toda la noche. Y ahora estabas sola, con frío y las sábanas olían a desinfectante.

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Dibu Martínez (+18)  "Mirá que te como" 🔥 [TERMINADA]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें