Dibu Martínez (+18) "Mirá que te como" 🔥 [TERMINADA]

Cap 7: Champagne Emi.

Era la una menos cuarto de la madrugada, hasta donde podías sospechar, tu papá dormía.

Emi y vos habían llegado al hotel en el que se hospedaba, él ya había estacionado y se dirigían a su habitación, cuando estaban en la puerta, Emiliano se detuvo, rió silenciosamente y abrió la puerta.

—Pasá —te ordenó.

Vos te sentías confundida, pero le hiciste caso. Cuando entraste, todo estaba cuidadosamente ordenando. En la mesa ratona había un champagne flotando entre hielos y agua fría, con un tarro de frutillas al lado.

Te diste vuelta y Emi estaba entrando con lentitud, cerrando la puerta detrás suyo.

—Decí que viniste —dijo.

Vos te reíste y lo rodeaste con los brazos, él te comió a besos.

Mientras se besaban él te tomaba de la nuca, vos estabas en puntas de pie. Respiraba por la nariz con intensidad, te soltó.

—¿Querés que vayamos al jacuzzi? —te preguntó.

—Ay él... jacuzzi... —dijiste burlona.

Te cacheteó el culo.

—Dale jacuzzi, sacate la ropa —dijo mientras se desvestía, mostrando su abdomen.

Le hiciste caso, terminaste en corpiño y bombacha, por suerte estabas con un conjunto de encaje celeste. Él tenía un slip negro. Lo seguiste hasta otra habitación, prendió las luces y en ella había un jacuzzi enorme, tocó un interruptor y el agua comenzó a largar burbujas y vapor.

—Si querés metete mientras se va calentando. Voy a buscar para tomar.

Vos te metiste y al minuto había llegado Emiliano con el champagne y dos copas. Dejó la bandeja metálica reposando en el borde de la pileta y bajó una perilla, volviendo las luces más tenues y cálidas, su rostro se ensombreció.

Se dejó caer en el jacuzzi, te tomó de la cintura y te deslizó hacia él, que estaba sentado con las piernas extendidas y abiertas, el agua se iba calentando lentamente. Le estabas dando la espalda, sentías su estómago contraerse con su respiración en tu espalda baja.

Te sirvió un poco de champagne y te lo alcanzó, vos tomaste un sorbo. Él agarró la botella y tomó del pico. Disfrutaban del calor del agua y sus cuerpos chocando. Parecía con sed, ya que tomó bastante.
En un momento, te corrió el pelo descubriéndote la nuca y te dio un beso.

Te dio cosquillas, él no se detuvo. Se acercó más a tu cuello, besándolo. Vos dejaste el vaso en la bandeja que reposaba en el borde del jacuzzi.

Quisiste darte la vuelta pero él te contuvo de los brazos, luchar era imposible, su fuerza era cien veces más grande que la tuya, te relajaste.

Agarró tus pechos mientras seguía besando tu cuello, vos comenzabas a sentirte excitada, respirabas por la boca y te arrimabas más hacia su cuerpo. Empujando tu culo contra su entrepierna, él también parecía disfrutarlo.

—No podés ser tan hermosa... te juro, el día que me fui y te vi ahí durmiendo, me quería matar. Me daban ganas de comerte el cuerpo a besos.

En un momento, deslizó su mano por debajo de tu corpiño y acariciaba tus pezones duros. Aprovechaste su momento de distracción para darte vuelta y comenzaste a besarlo, él no se negó.

Introducía su lengua en tu boca, te mordía los labios con ganas y respiraba agitado. Te tomaba de la nuca, su mano era tan grande que llegaba a tocarte el cuello con su dedo pulgar. Lo presionó.

Diste una respiración ahogada y lo miraste sonriendo.

—Apa... —dijo sonriendo.

El giró su mano y encaró su palma en tu cuello, no presionaba demasiado fuerte, pero tampoco era despacio. Te diste cuenta de que a él también le excitaba. Comenzó a besarte sin parar.