Look At Me [Yoonmin]

capitulo 19

El alfa se mantenía nervioso, no sabía que hacer, ni como reaccionar, usualmente solía darle asco el celo de los Omegas, pero su cuerpo parecía querer actuar bajo sus instintos. Pero trataba de controlarse.

＿. Imbécil...─Jimin intentaba extender su mano para tocar al alfa, pero automáticamente Min tomó su brazo y lo dirigió hacia su cuello para que pudiera agarrarse de él y sacarlo del auto desde su regazo.

El Omega se aferraba con fuerza al cuerpo del mayor, buscando más cercanía y negado a despegarse del cuello del alfa. Que olía a Vodka y menta＿. Jimin... ¿no quieres que vaya a por supresores?─decía con dificultad mientras subía las escaleras hacia su cuarto.

Un calor le comenzaba a invadir en su cuerpo, y sabía que no era solo producto por el celo del menor, sino más bien que por el su ciclo de celo se había adelantado, y no le quedaban más dudas sobre que ambos dos estaban conectados.

＿. Jimin... estoy entrando en celo.─avisó con dificultad tratando de dejar al rubio en la cama.

＿. Alfa... por favor...─intentaba soltarlo pero era prácticamente inútil, Park se esmeraba por mantenerlo cerca.

＿. Mi celo es peligroso... no es lo que quieres.─intentaba mimarlo para calmarlo de alguna manera, pero los quejidos de dolor por no ser atendido correctamente, hacia cualquier intento prácticamente inútil.

＿. Yo... quiero hacerme cargo de tu celo, yo... quiero que tu te hagas cargo de mi celo ─ las mejillas totalmente sonrosadas de Jimin y las cosas sin vergüenza que estaba diciendo le hacía entender que ya casi ningún sentido tenía por parte de su ciclo＿. Por una vez... haz algo que quiero... ─Jadeo.

＿. Sueltame... un segundo, te prometo volver.─Acató la orden y se desprendió de Min dejandose caer por completo en la cama.

Con prisa comenzó a buscar por los cajones al lado de la cama, su falta de orden y el tener a un Omega gimiendo y rogando por tacto le complicaba encontrar los condones. Sonrió con victoria al encontrarlos pero nervioso al saber que por fin podía tocarlo.

Tanto que había desearlo tenerlo debajo suyo, hacerlo suyo, cuidarlo en sus momentos, nunca creyó tener la oportunidad, nunca creyó ser el alfa correcto para ese momento, nunca creyó ser el correcto para ese momento. Pero esta vez, por pedido del Omega, se permitió callar todas las inseguridades de su cabeza.

El Omega extendió sus brazos en busca del alfa, al verlo acercarse con miedo hacia la cama＿. Alfa...─llamó y fue suficiente para que Min se animara a subir a la cama.

Se abrazó al cuello de Yoongi, permitiéndose invadir este mismo para sentir sus feromonas, el pelinegro introdució sus manos dentro de la remera del menor, masajeando todo su pecho y cintura; bajando por sus muslos; intentando retirar el cómodo pantalón.

Su piel se sentía incluso más suave de lo normal, o tal vez era por que estaba tocando lugares no explorados. Era tan perfecto como imaginaba, Jimin era perfecto en todos sus aspectos. Apretó sus muslos y gluteos, disfrutando de lo que todo el mundo amaba ver de Jimin. Por último bajo sus boxers, permitiendo ver aquella desnudez.

Con cuidado, rozando su piel hasta llegar a su entrada, la rozó con la llema de sus dedos, sintiendo el excesivo lubricante liberado por el celo.

＿. Es... mi primera vez.─Se detuvó en seco, pero sin apartarse＿. No te preocupes... Solo quiéreme por una vez... ─Tomó sus labios sin previó aviso, mientras introducía un único dedo. Aún mantenía la cordura, tratando de no dejarse llevar por su propio celo con tal de proteger el cuerpo abajo suyo.

Introdució otro dedo, y así continuó hasta lograr prepararlo correctamente. Sin dejar de repartir caricias, como si su piel se tratara de la porcelana frágil por más que se estuviera desesperando.

＿. Te amo tanto.─beso sus orejas y se posicionó entre sus piernas, y así se introdució dentro de él poco a poco, sin dejar de repartir besos por todo su rostro. Tratando de no perder el control, tratando de no lastimaron y hacer un mejor momento para el.

＿. Callate...─Se abrazó a un más fuerte del alfa, clavando sus uñas en su espalda, costandole acostumbrarse al tamaño. Pero el dolor iba desapareciendo poco a poco, gracias a los cientos de besos y caricias que repartía para calmarlo. Solo fue cuestión de un par de minutos hasta sentir sus caderas moverse por si solas, indicándole a Min que ya podía.

Y así comenzó con unos movimientos lentos y continuos, procurando aún mantenerse cuerdo y no lastimar al Omega. Disfrutando del momento, de tenerlo gimiendo debajo suyo para el.

Intentado acelerar un poco el ritmo, siendo totalmente correspondido, sabiendo que poco a poco podía ir dejandose llevar, solo era cuestión de tiempo para poder dejar salir a su lobo por completo, y que ambos se conecten como tanto lo habían esperado. Y al primer orgasmo fue como la oportunidad para que el Omega le dijese que ya estaba todo seguro.

Y como en un momento especial, sin convertirse en alguien agresivo o algo por el estilo, solo comenzaron a fluir, solo sus partes animales tomaron el control. Sus pieles tocandose, rozandose, el sudor de ambos mezclándose, conectándose en cada estocada que le brindaba el alfa, cada beso, cada gemido entre ambos.

Y las horas pasaban, el celo del alfa no acababa, posiblemente el cuerpo de Park había caído colapsado un par de veces, pero le gustaba ser utilizado por el alfa, le gustaba ser tocado, por mas que su cuerpo no diese más, le gustaba ser el el que ayudara al alfa con su celo.

El sol comenzaba a salir y el Omega saltaba en el, por mas que sus músculos ya no dieran mas, que apenas pudiese tener algo abiertos sus ojos, el seguía buscando su propia satisfacción y la del alfa.

＿. Yoongi...─gimió su nombre con cansancio, indicándole que lo haría de nuevo. Min le tomó y le dio vuelta, para hacerlo por una última vez, mientras la piel suave de Park se iluminaba con los rayos de sol que entraban por la ventana, comenzaba moverse con intensidad, queriendo oler y sentir aún más las feromonas que desprendía, posiblemente siendo la última vez que lo tuviese en aquella situación para el.

Posiblemente siendo la última vez que fuera completamente suyo.

El orgasmo de ambos llegó y el nudo fue inevitable, pero era lo que menos se le cruzó por la mente. O ni siquiera cruzó algo por la mente de ambos cuando un ardor se presentó en su cuello.