-❝ Quizás no me llevé la copa a casa, pero me llevé algo mucho mejor. Tu vales más que mil trofeos.❞
Un día como cualquier otro Barbara decide hacer un directo de Instagram, pero lo que jamás imaginó fue que ese día un crack del fútbol brasileño se...
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Capítulo 03
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Cerre con fuerza la puerta del auto y corrí con Jota pisando mis talones. Entramos al edifico atarvezando la recepción y cuando estábamos a punto de llegar a las puertas del elevador estas se cerraron, recordándonos lo que somos, un desastre.
—Merda Ney, seu pai vai nos matar.
Joclécio tomó una respiración profunda con sus manos apoyadas sobre sus rodillas. El club me dio un día libre antes de comenzar los entrenamientos del siguiente partido y nosotros decidimos aprovecharlo para ir de fiesta y emborracharnos; en consecuencia, terminé llegando tarde al entrenamiento de hoy y también a la sesión de fotos con Puma, que era donde me encontraba justo ahora.
Solté un suspiro con frustración. Ya la cagada estaba hecha.
Unos pocos segundos después el elevador se abrió y rápidamente subimos, como si eso nos quitase los cuarenta minutos de retraso.
Las puertas se abrieron dejándonos ver una amplia sala con distintos ambientes, luces por todos lados, también un grupo de ocho personas que movía las cosas de un lado a otro siendo ordenadas por Fred, el director de fotografía.
—¡Neymar!¡Dios escuchó mis plegarias!
Eugene, el fotógrafo, tomó mi brazo y me arrastró hasta donde tenían los nuevos vestuarios de la colaboración.
—Disculpas por llegar tarde. Tuve que atender unos asuntos de emergencia—mentí piadosamente, para intentar quedar un poco mejor.
—No te preocupes por eso. Empecemos de una vez.
En tres horas ya había perdido la cuenta de cuantas veces me cambié de ropa o posé en cada uno de los ambientes del estudio.
Parecerá absurdo pero ya no podía más del cansancio, teniendo en cuenta que la resaca aún me taladra la cabeza lo único que quiero es acostarme en mi cama y dormir por muchas horas.
Con la intención de volver a casa ubique a Jota parado junto a un sofá, acompañado por dos chicas. Una de ellas era alta y de cabello pelirrojo, la otra era un poco más baja de estatura y castaña. Ambas estaban dándome la espalda.
