-❝ Quizás no me llevé la copa a casa, pero me llevé algo mucho mejor. Tu vales más que mil trofeos.❞
Un día como cualquier otro Barbara decide hacer un directo de Instagram, pero lo que jamás imaginó fue que ese día un crack del fútbol brasileño se...
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Capítulo 8
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—¿Barbie no trae a alguna amiga?—mi hermano preguntó delatando s us intenciones de ligar esta noche.
—No lo sé, lo único que sé es que vas a sentarte en los asientos de atrás.
—Oh vamos ¿Vas a cambiar a tu hermano por un par de piernas?
Me quedé con las palabras en la boca cuando por las puertas del Hotel salieron tres mujeres que se veían deslumbrantes. Primero salió Tatiana acompañada de una rubia que no conocía y más atrás venía Barbara viéndose increíblemente sexy vestida de rojo.
Esta mañana desperté con una sonrisa de oreja a oreja y sintiéndome como hace mucho no lo hacía, motivado y feliz por que llegará la noche. La llegada de Barbie a mi vida cambió las cosas del cielo a la tierra, la cita que tuvimos fue la clave para darme cuenta del mujerón que se cruzó en mi camino, y eso es una oportunidad que no voy a desaprovechar.
Sin darse cuanta ella se convirtió en mi nueva meta, un nuevo objetivo a alcanzar. Tendría que mejorar muchos aspectos de mi vida pero estoy dispuesto a ello.
Miré a Jota que se encontraba estático en su sitio, como si hubiese visto a un fantasma. Las chicas cruzaron la calle y se detuvieron frente a nosotros.
—Hola Ney. Hola Jota ¿Cómo están?—Tatiana tan amigable nos saludo con un beso en la mejilla a cada uno, trayendo de vuelta a mi amigo.
—Bien linda ¿Y tú?—respondió Jota por los dos.
Ellos continuaron hablando y yo fijé mi atención en Barbara, que era fuertemente sostenida del brazo por la mujer rubia mientras murmuraban bajo entre ellas.
—Eres una perra ¿Cómo vas a hacerme esto después de todo lo que te conté?
—Por favor, solo ignoralo y disfruta de la noche, te lo suplico. No tiene por qué pasar nada.
Di un paso al frente con la intención de interrumpiarlas y así fue, ambas se giraron, Barbie con una sonrisa y la rubia con cara de pocos amigos.
—Hola corazón—la castaña besó mi mejilla—Te presento a Antonieta, una buena amiga.
