-❝ Quizás no me llevé la copa a casa, pero me llevé algo mucho mejor. Tu vales más que mil trofeos.❞
Un día como cualquier otro Barbara decide hacer un directo de Instagram, pero lo que jamás imaginó fue que ese día un crack del fútbol brasileño se...
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Capítulo 04
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Dos días pasaron y el trabajo junto con el jet lag comenzaba a pasarme factura, mi ciclo de sueño se fue a la mierda y ni hablar de mis horarios de comida. Tatiana y yo pasábamos todo el día de un lado a otro atendiendo llamadas, haciendo entrevistas, contactando modelos. Se supone que ese trabajo le correspondía al equipo de la marca patrocinante pero amo involucrarme al cien en todos mis proyectos, y definitivamente algo que jamás voy a permitir llevarme el mérito de algo en lo que no trabajé o puse esfuerzo, aunque eso me cueste el sueño.
Tatiana se lanzó a mi lado en el sofá de la habitación y apoyó su cabeza sobre mi regazo.
—Estoy muerta y a penas son las...—miró el reloj en su muñeca y suspiró con cansancio—Diez de la mañana.
—Al menos terminamos antes, ya la próxima semana solo queda reunirnos con los modelos y hacer la sesión. Tenemos el fin de semana libre, reina—una sonrisa se escapó de mi rostro, acción que ella imitó.
Llevábamos seis días en la capital francesa y en único lugar que alcanzamos a pisar, exceptuando el hotel, fueron las oficinas de Puma.
Ese fue el día en que sin querer queriendo terminé conociendo a uno de mis ídolos del fútbol. Una fecha memorable sin duda. El simple hecho de recordar la forma en la que nos encontramos me generaba muchísima vergüenza, tenerlo cerca solo me dejó el cerebro en pausa y por instinto decidí directamente no hablarle. Lo sé, soy una perdedora que es valiente únicamente por mensajes.
Antonieta estaría decepcionada de mi, sin duda.
—Opino que deberíamos dormir y así reponemos energías para esta noche.
Le regalé una mirada confundida.
—¿Por fin saldremos?
Su boca se abrió en una gran circunferencia.
—¿A caso olvidaste que hoy es el partido del PSG?¿En serio no recordabas que hoy vas a ver a Neymar?
Mi mano voló hasta mi boca para cubrirla gracias al asombro. Soy peor que alguien con amnesia.
