Jisung junto a su hermano menor y mejor amigo cansados de fracasar en la vida por problemas económicos deciden robar en una tienda de comestibles para así ayudar a sus familias...
Pero Jisung no tiene idea de cómo llego a ser el líder que encabeza e...
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Luego de esa intensa noche, cada amigo volvió a su respectivo hogar luego de repartir el dinero entre los tres, Jisung iba corriendo de aquí por allá dentro de su casa a la mañana siguiente, buscando las mochilas de sus gemelas, estas estaban desesperadas por llegar a su taller de natación.
—¡Al auto!—gritó finalmente Jisung luego de reunir todos los objetos necesarios para el taller de natación.
Soni y Dongi corrieron hacia el vehículo apenas Jisung le quitó el seguro a las puertas, las niñas se estaban acomodando en los asientos traseros mientras el dueño de casa guardaba los bolsos en la cajuela, a lo lejos pudo divisar al esposo de su amigo con su traje de oficial.
—¡Chan! Hola—le saludó Jisung son una enorme sonrisa.
—¡Hola tío Chan!—gritaron ambas pequeñas con la misma sonrisa que su padre.
—¡Hey!—les saludó de vuelta el oficial con una sonrisa algo tensa.—¿Estás ocupado?
Jisung cerró la puerta trasera del vehículo una vez que sus hijas estaban ubicadas y seguras en sus sillas.
—Un poco.—rió levemente el rubio.—El taller de natación es al medio día y ya son las once con cincuenta, esas niñas me matarán si llegamos tarde.
Chan suspiró.
—Iré al grano.—soltó Chan sacando su celular de su bolsillo.
—Me asustas.—rió levemente Jisung sin comprender, observando a su amigo.
—Lamentablemente no vengo como amigo, vengo como agente de la FBI a preguntarte si conoces a esta persona.—Chan al encontrar la fotografía que era material policial, se lo enseñó a Jisung.
El rubio frunció el ceño y bajó la vista a la pantalla del celular. Su expresión fue neutra y normal pero debía admitir que por dentro se cagó de miedo. En la foto se observaba a Lee Minho subiendo a su vehículo el día de ayer cuando dejó el famoso encargo en su casa.
—Nop, no lo conozco.—dice Jisung sonriendo levemente hacia Chan.
El oficial le observó extrañado, Jisung lucía bastante seguro de su respuesta. su expresión demostraba que no estaba mintiendo.
—Hannie, vi saliendo a este tipo de tu casa ayer.—dijo Chan nuevamente guardando su celular.
—Ese tipo fue a colocar el castillo inflable.—dijo nuevamente Jisung con una sonrisa, sin demostrar ni una pizca de nerviosismo.
—Jisung... yo estuve contigo ayer, el no era el hombre que instaló el castillo inflable.—volvió a contradecirle Chan.
El rubio se quedó en silencio viéndolo.
—¡Papá! ¡El taller de natación!—se asomó la pequeña Soni a través de la ventana del auto.
—Este tipo es un mafioso muy peligroso, no se que como lo conoces, pero debes contestarme ahora o debes ir con mi superior por la tarde.—le informó Chan de manera dura.
