Jisung junto a su hermano menor y mejor amigo cansados de fracasar en la vida por problemas económicos deciden robar en una tienda de comestibles para así ayudar a sus familias...
Pero Jisung no tiene idea de cómo llego a ser el líder que encabeza e...
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Jisung no podía dejar de verlo.
No podía dar crédito de lo estaba presenciando, ¿Acaso ya había perdido la cordura finalmente? Porque lo que estaba viendo no tenía sentido.
El rubio sentía su cuerpo paralizado, lo único que podía hacer era ver al hombre frente a el.
—¿Qué pasa? ¿Asustado?—le preguntó Minho risueño.
Escuchar otra vez la voz del mafioso... era tan extraño pero tan reconfortante.
—Esto no puede ser posible.—dice Jisung apenas, sentía que no le salía la voz.—Yo te maté.
Minho suelta una carcajada.
—Cariño, te lo dije muchas veces... los disparos siempre van a la cabeza.—Minho le miró con una sonrisa de superioridad, notando al rubio mirando hacia el frente, evitando verlo por el miedo que sentía.—Pero tu decidiste dispararme y rozar mi corazón tres veces.
El mafioso llevo su mano a la chaqueta, poniendo el contenido sobre la mesa del bar con fuerza, logrando su objetivo, que Jisung lo mirase. El rubio observó tres balas en un opaco color dorado sobre la mesa y luego llevó sus ojos al mafioso, quien ahora le miraba con seriedad.
Jisung intentó ponerse de pie e irse, pero no pudo realizar su acción ya que apenas puso un pie en el suelo, Minho le detuvo del brazo.
—Ni te atrevas a hacerlo.—le susurra Minho al oído luego de atraer con su brazo al rubio, sentándolo nuevamente sobre la silla del bar.
—Suéltame.—le susurró Jisung de vuelta intentando soltarse de su agarre, no teniendo mas remedio que volver a acomodarse en su asiento.
—¿Sabes? No voy a vengarme de ti matándote, por simples tres razones.—Minho le soltó para poner su mano sobre el mentón del rubio, obligando a que le mirase.—La primera, es porque cuidaste a mi hijo como si fuera tuyo... La segunda, es porque has sido el único que ha tenido los huevos de matarme... Y la tercera y más importante... es que sigo jodidamente enamorado de ti.
Jisung no sabía como tenía que reaccionar ante los dichos del mafioso, solo se quedó ahí mirándolo sin expresión alguna. Minho sonrió nuevamente, el rubio lucia muy guapo frente a el.
—Oh vamos, baby, hablame.—Le dice Minho con un deje de diversión en su voz.
—No entiendo porque estás vivo.—le respondió Jisung mirándolo sin comprender.
—Te seré sincero, la verdad estuve muerto casi cinco minutos. Si no fuera por Seungmin y Changbin quienes llegaron por mi, estaría en el infierno reclamando mi puesto.—le explica Minho lo más brevemente posible.
Jisung abre los ojos.
—¿Seungmin y Changbin lo supieron todo este tiempo?.—Jisung se llevó las manos a la cabeza sorprendido, se sentía tan traicionado.
