Jisung junto a su hermano menor y mejor amigo cansados de fracasar en la vida por problemas económicos deciden robar en una tienda de comestibles para así ayudar a sus familias...
Pero Jisung no tiene idea de cómo llego a ser el líder que encabeza e...
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—¿Que haces aquí?—pregunto Jisung limpiándose las lágrimas.
Minho lo observó de pies a cabeza con el labio inferior temblando.
—¿Que te hizo ese hijo de perra?—dijo Minho con los ojos rojos, reteniendo las lágrimas que no dejaría caer, sentía tanta impotencia.
Jisung vio como apretaba sus puños con fuerza.
—Nada que te importe.—Jisung intentó ponerse de pie.
—Lo voy a matar.—bramo Minho desesperado.
Quiso no haber escuchado la conversación de Jisung con el especialista. Jisung era suyo, no iba a permitir que nadie le hiciera daño y enterarse que ese bastado lo había violado hacía que su sangre hirviera, lo quería descuartizar y repartir sus restos a los animales, era en lo único que pensaba mientras se quitaba las lágrimas.
—¿Matarlo? ¿Por reaccionar a algo que tu provocaste?—le dijo el rubio enojado.
Minho lo observó con dolor en sus ojos, se sentía tan culpable.
—Si le mandé ese video, era para que te dejara en paz y viera que ya no sientes nada por el... ¡Jamas lo envié para que te hiciera daño!.—le aclaró Minho desesperado.
Jisung lo veía algo sorprendido, era la primera vez que lo veía actuar de esa forma, tan fuera de si, estando fuera de control, sin poder controlar la situación.
—El daño ya esta echo.—Dijo Jisung descolocado.
—Alimentaré a los perros hambrientos de la calle con su puto cadaver.—Decía Minho furioso.
—No.—le dijo Jisung duramente.
—¿Perdona? ¿Lo vas a defender?—el mafioso le miro sin poder creerlo.
—¡No lo estoy defendiendo! ¡Le tengo un asco inmenso! ... Pero es el otro papá de mis hijas.—Dijo el rubio tratando de calmarse.
—Tus hijas ni merecen tener a ese bastardo como padre, el ni siquiera estaba para ellas, Soni y Dongi no se darán ni cuenta de que el ya no está.—decía Minho pasándose las manos por el pelo con exasperación.
—No harás nada, suficiente daño me has echo ya.—le dijo Jisung serio, ya no queriendo que el mafioso viera sus lágrimas, no se lo merecía.
—¡El único que te ha echo daño es ese perro bastardo!—se defendió Minho, mientras caían mas lágrimas de sus ojos, ya no podía contenerlo.
—Y tu me grabaste teniendo sexo sin mi consentimiento...y además compartiste el video.—murmuró Jisung con rabia, tomando su bolso, viendo como Minho tan solo le miraba, derrotado.—Te lo agradezco... Ah y gracias también por agregarme a tu lista de cogidas.
Jisung caminó lentamente hasta salir de la consulta, dejando a Minho totalmente destrozado, llorando como un niño. Había echo todo mal y lo sabía, no tenía idea como podría buscar el perdón de Jisung, a esa altura lo veía imposible.
