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CASA DE SUNGHOON

Bajé de su auto y entré a la casa, inmediatamente caminé hacia la sala y me senté en el sofá.

— ¿Y Senyun? — pregunté.

— No está aquí.

— Ya veo...

Sunghoon desabrochó los primeros botones de su camisa y dejó en la mesa dos copas con vino.

— Me alegra saber que hayas cumplido tu sueño. — murmure dándole una sonrisa.

— No fue fácil lograrlo. — contestó Sunghoon.

Sunghoon se acomodó mejor en el sofá hasta que tomó mi mano y en un segundo ya estaba sentada en sus piernas.

¿No veníamos a hablar?...

— ¿Sunghoon... Q-que haces? — pregunté alejando mis manos de su pecho.

— No lo hagas difícil, Tn.

Sunghoon subió su mano a la tira de mi vestido y la hizo a un lado con suavidad, causando un corto escalofrío en mi.

¿Debo permitir esto?

— Tú me necesitas a mi Tn. — Susurró Sunghoon bajando el vestido de Tn.

— Y yo te necesito a ti.

Escuché las palabras de Sunghoon y cuando quise responder, el ya estaba besando mis labios.

Acaricié el cabello de Sunghoon mientras disfrutaba de sus besos.

¿Esto significa que perdonó lo que hice?

Sunghoon me acostó en el sofá de un segundo a otro y terminó de sacar mi vestido.

Me quedé totalmente quieta viendo cómo Sunghoon tiraba su camisa al suelo y bajaba sus pantalones.
Me acomodé y solté un jadeo al sentir como lo introducis, moví mis piernas pero mejor comodidad y gemí ante las estocadas.

Sunghoon colocó sus brazos a cada costado de mis hombros y siguió con sus movimientos mientras dejaba pequeños besos en mi cuello.

Moví mis manos con nervios hasta su espalda y acaricié está sintiendo lo dura que estaba.

Lamí mis labios debido al calor que empezaba a sentir y cerré mis labios disfrutando por la profundidad de sus movimientos.

— Sunghoon... — Susurré mientras rasguñaba su espalda de la excitación.

Moví mi pierna al sentir que empezaba a temblar y decidí besar los labios de Sunghoon en un profundo beso.

Cortos segundos duró ese beso al igual que los movimientos de Sunghoon ya que se alejó luego de haberse corrido y dejó escapar un suspiro de cansancio.

— ah... Que calor. — Susurró Sunghoon.

Lamí mis labios una vez más y estiré mis piernas en el sofá, Sunghoon se acercó a mi y tomó la manta de la mesa para tapar nuestros cuerpos.

𝐹𝑂𝑅𝐺𝐸𝑇 𝑀𝐸 𝑁𝑂𝑇Where stories live. Discover now