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Bajé y caminé por las escaleras mientras intentaba pasar las vallas de seguridad.

— No puede pasar.

— Estoy relacionada con Sunghoon, avísele por favor. — respondí entre cortas respuestas ante los empujones.

— Salga y siga las instrucciones para salir del estadio. — respondió el de seguridad.

— ¡Soy el hermano! — contestó Senyun molesto.

Los empujones se hicieron fuertes e inmediatamente caí llevándome la puesta por delante.

Terminé en el suelo boca abajo ante el golpe y recibí ayuda de Sunghoon quien vino corriendo.

— ¿Estás bien? ¿Que te- ¡¿Acaso no ves los códigos de la tarjeta en sus cuellos?! — preguntó Sunghoon mirando al de seguridad.

— Disculpa.. quería asegurarme de que no se hicieran falsos...

— Claro que no, se escanea. Agh.

Caminé con ayuda de Sunghoon mientras sacudía mi ropa y al recordar lo importante decidí pegar un salto quedando mis brazos en su cuello y mis piernas en su espalda.

— ¡Felicidades! — grité emocionada.

Sunghoon dejó de mostrar su semblante serio y sonrió como un pequeño niño.

— Estoy en la final...

— ¡ENHYPEN está en la final! — respondí el doble emocionada.

Tomé las mejillas de Sunghoon y dejé un fuerte beso en sus labios para finalizar con un fuerte abrazo.

— tu esfuerzo es más que notorio. — respondí. — y enserio... Te lo mereces.

— ¡Ven Sunghoon! — gritó Heeseung.

— ¡Pollera! — gritó Marcos.

— ¿Po que? — pregunté con seriedad.

— No dijeron nada. — respondió Sunghoon cambiando de tema. — me iré a festejar con los demás... ¿Si-

— Ve tranquilo. Estaré bien y disfruta... — respondí con una sonrisa.

Observé como se alejaba y dejé de sonreír.

El estar bien es muy fácil de decirlo pero difícil de sentirlo.

No me siento bien, tengo muchos pensamientos y apenas puedo mantenerme sola si es en una casa y de noche...

Quiero decir, es básicamente la misma cocina en donde Sunghoon había Muerto en mis piernas.

La misma casa donde vivía también Kento.

Sunghoon nunca me quiso comentar exactamente dónde era que se escondía, incluso llego a pensar que la policía jamás encontró el lugar...

Y digamos que Sunghoon nunca toca el tema por cuidado a mi misma.

12:30 AM

Dejé de ver el programa de televisión y me levanté de la cama para buscar un poco de agua.

Sunghoon aún no llegaba pero por lo que había visto en redes es que apenas estaban en un restaurante recién...

Después viene la fiesta.

Al llegar a la cocina, saqué un poco de agua y me acerqué a las escaleras mientras veía un cuadro de senyun.

— ¿Que pasa Keiser? — pregunté mientras lo observaba oler una zona de las escaleras.

— Sunghoon no tiene gatos... Pero... Ya esta Keiser. A dormir. Vamos a dormir. — respondí.

Keiser no me hizo ningún caso y de hecho rasguño con sus patas la esquina de aquellas escaleras.

Me le acerqué preocupada y simplemente tomé su collar y lo llevé a la habitación.

Palmee mi cama y dejé que durmiera en la zona de los pies mientras cerraba la puerta con cierta paranoia.

Las horas pasaron y aunque pensé que sería difícil, fue fácil poder dormirme.

. . .

Abrí mis ojos ante un fuerte trueno y me senté en la cama mareada, sudando y con mucha sed.

A mi costado estaba Sunghoon durmiendo, estaba tan cansado que podía oír sus ronquidos... Lo mismo para Keiser.

Me levanté y miré al pasillo que tenía una luz prendida.

— ¿Senyun?... — pregunté con voz débil.

No me siento bien...

Caminé mientras apoyaba levemente mi mano en la pared del pasillo hasta que otro fuerte trueno sonó acompañado de pasos que se acercaban y de una energía cortada.

Giré mi rostro con cierto miedo y miré el pasillo con oscuridad.

Caminé mientras balbuceaba cosas casi inaudibles hasta caer fuertemente al suelo.

Solté un quejido y alejé mis pies de aquella cosa hasta darme cuenta que se trataba de Keiser.

Keiser estaba tirando espuma exactamente como aquella noche...

Me levanté preocupada y para cuando quise retroceder toqué algo aún más frío que Keiser que se encontraba agonizando.

Era el cuerpo muerto de Sunghoon, destrozado y mutilado de la forma más traumante que ví en toda mi vida.

Inmediatamente grité sucumbida en el pánico.

5 AM

— Tn. Tn escúchame.

— Tn, hey!

Pestañee y miré a Sunghoon entrar a la habitación.

— ¿Estas dormida o solo soy yo? — preguntó Sunghoon mientras dejaba su remera en el mueble.

— Perdón... ¿Que me estabas diciendo? — pregunté tratando de ocultar el leve temblor de mi cuerpo.

— Que estuvo genial, mucha comida, el festejo fue impresionante... Seguramente harán una cena con las familias de mis compañeros, en caso de que sea así, vamos los dos. ¿Si?

— Me alegra que la hayas pasado bien... Te lo mereces... — respondí acariciando mi brazo.

— Y ahora... — bosteza — estoy muy cansado asique dormiré.

Sunghoon apagó la luz y miré como la ventana se nublaba ante las incontables gotas de lluvia.

— Ven, estás calentita...

Me siento helada...

Me acerqué a Sunghoon y le sonreí.

— Estás temblando, ¿Te estoy dando frio?