53

332 38 14
                                    

Bajé del balcón VIP y con mucha prisa me dirigí a los asientos más cercanos de sunghoon.

— ¡SUNGHOON! — grité tratando de llamar su atención.

— ¡SUNGHOOOON!

Sunghoon se giró y se acercó.

— ¿qué pasó? ¿estas bien? — pregunté.

— No jugaré. — contestó.

— Pero los demás están jugando bien, seguro que ganan este tiempo... — respondí.

Sunghoon agachó la cabeza con cierta irritación y expulsó todo su aire.

— La idea es que también juegue. No es que no confíe en mis compañeros pero necesito estar estar allí con Marcos y Heeseung jugando. — respondió Sunghoon con decepción.

— Tranquilo... ¿te duele el golpe? — pregunté.

— Un poco. Me sentare en la banca y haré unos masajes para relajar los huesos, así será fácil si el DT Mickey me deja entrar otra vez.

— Dile al servicio médico de eso.

— Lo haré...

— ¿necesitas agua o algo? — pregunté.

— No, tengo todo aquí... no te preocupes, ve a la zona vip.

Sunghoon se acercó y dejé un beso en sus labios para tomar distancia y sentir un leve empujón en mi hombro.

— Hey, permiso, ¿no?

Sus ojos se fijaron en mi y mi presión bajo radicalmente.

— Tu panza se va notando. — respondió Kento

Kento sacó un arma de su bolsillo y apuntó a mi estómago.

Matará a mi bebé...

Dos mujeres que estaban cerca vieron la situación y se limitaron a correr y a empujar.

— ¡UN ARMA!

Un disparo sonó al aire provocando pánico y desesperación entre las personas.

Kento se alejó y escapó junto a las personas logrando su cometido.

No me había disparado, solo me advirtió.

Las personas empezaron a empujarse y a gritar por ayuda entre ellos por lo que traté de alejarme mientras oía las instrucciones de seguridad.

— ¡Retírense del estadio pacientemente porfavor! — habló el comentarista a través de los parlantes.

Respire agitada ante la horrible situación de estar dentro de una avalancha de personas que harían lo que fuera para salir.

Empujaron mi hombro y me caí contra uno de los parlantes del lugar.

— ¡Tn! — gritó Sunghoon corriendo a ayudar.

— Está Kento... Está vivo. — respondí asustada.

— No tn. Tenemos que irnos ahora.

Sunghoon me ayudó a levantarme y tomó mi mano para empezar a correr lo más rápido que me permitía el cuerpo.

— ¡Estaba kento! — grité con ganas de llorar.

Llegamos al estacionamiento privado y entramos para salir cuidadosamente del lugar.

Las personas no les importaba si uno iba en auto.

Se cruzaban igual.

Todos están sucumbidos por el miedo.
Todos quieren escapar y está perfectamente entendido.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 21 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

𝐹𝑂𝑅𝐺𝐸𝑇 𝑀𝐸 𝑁𝑂𝑇Where stories live. Discover now