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Le di un bocado grande a la hamburguesa y mastique manteniendo el silencio.

Pero no fue suficiente como para mis lágrimas no se deslizaran de mis mejillas.

Estoy llorando en silencio...

Cerré mis ojos mientras aún masticaba y miré hacia el frente permaneciendo en constante lágrimas y alimentarme y Sunghoon era espectador de ello.

Después de haberme tragado toda la hamburguesa y bebido toda la soda me mantuve sentada y en silencio.

Ambos habíamos terminado nuestros alimentos en un profundo silencio pero ninguno de los dos estaba incomodo por eso.

El silencio se trataba de respeto y Sunghoon respeto eso.

— ¿Quieres que te lleve a casa?

— creo que será lo mejor... — murmure. — y... Y gracias por la comida.

— No es nada. — Murmuró prendiendo el auto.

Acaricié mis piernas con lentitud y miré su teléfono prenderse.

que momento inoportuno para llamar. — Susurró Sunghoon ignorando.

Una tal Charlotte está llamando.

Sunghoon rechazó la llamada y siguió conduciendo hasta llegar a mi casa.

Una vez ahí, miré el edificio y solté un suspiro al mirar a los vecinos.

Se trataba de dos hombres, tenían 29 y 31, siempre traían personas y armaban grandes fiestas o incluso se quedaban hasta el amanecer bebiendo y fumando...

Se convirtió costumbre oír sus depravados comentarios.

— ¿Quieres que te acompañe a tu departamento? — preguntó Sunghoon mirando a los hombres a lo lejos.

— No, tranquilo... Son solo los vecinos, no han hecho nada malo.

— Será rápido... — respondió Sunghoon.

No existe un No para Sunghoon...

Suspiré hondo y asentí.
Salí del auto llamando la atención de los vecinos y miré a Sunghoon quién se había bajado con un barbijo.

— Hola vecina linda, ¿Cómo está?

Sunghoon tomó mi muñeca y me obligó a caminar con rapidez.

Al llegar al elevador, toqué el botón del piso 5 y apoyé mi espalda en la pared de acero.

— ¿Todos los días tienes que aguantar esos estúpidos apodos? — preguntó Sunghoon.

— Uno se acostumbra. — respondí saliendo del elevador.

Caminé hacia la puerta y saqué mi llave empezando a abrir está.

— Bien... Gracias Sunghoon por esto... Una vez más, gracias. — contesté con cansancio.

— Descansa Tn y porfavor, toma tus medicamentos.

Le devolví una pequeña sonrisa e intenté cerrar la puerta pero Sunghoon la frenó.

— Porfavor Tn. Eres mejor que esto. — Murmuró.

Sunghoon se alejó y en segundos ya había desaparecido del pasillo.

Cerré la puerta con lentitud y apoyé mi cuerpo en la puerta para observar con atención los platos de comida ya fríos y secos...

𝐹𝑂𝑅𝐺𝐸𝑇 𝑀𝐸 𝑁𝑂𝑇Where stories live. Discover now