Era para mí

Trece

Zarbon no le pidió a Bardock una explicación de porque había regresado tan pronto, solo le ordenó que llevará a Mali a un hospital o sitio donde pudieran prestarle ayuda. La muchacha se veía realmente muy mal. Si la retenían allí su muerte era una gran posibilidad con la que el comandante no se sentía nada cómodo. Obviamente ni él, ni Bardock sabían donde ir para auxiliar a Mali, pero ella dijo poder guiarlo hasta la carretera y que desde allí todo sería más sencillo una vez abordaran un vehículo.

-¿Estas segura?- le cuestionó Zarbon.

-Sí...es muy fácil que alguien nos lleve...

-Me refiero si estás segura de que no te desmayaras en el camino- le señaló el comandante un tanto escéptico de la resistencia de la mujer.

-Aguantare- contestó Mali cuyo rostro estaba cubierto de sudor. Debía tener una fiebre bastante alta, pues estaba temblando como si hubiera tenido mucho frío y tenía los ojos cristalinos.

Bardock la cargo en su espalda para poder desplazarse con mayor facilidad. Le devolvió la sudadera y le dio un poco de agua antes de partir. Mali apenas pudo poner sus manos entorno al cuello del saiyajin que al cruzar la puerta, fue llamado por Zarbon.

-Traela de regreso- le ordenó.

-Sí- fue la suspensiva respuesta de Bardock que de inmediato se echo a correr por donde Mali le indicó.

-No te duermas- le advirtió el saiyajin- Recuerda que debes señalarme el camino- agregó mientras descendía por una pendiente saltando ágilmente entre las piedras.

Poco a poco su fuerza y energía estaban regresando. Bardock podía sentirlo. Eso lo tenía bastante emocionado, pero la mujer en su espalda le causaba una sensación completamente diferente. Lo atormentaba. Tardo un poco en reflexionar en que estaba haciendo algo nuevo para él: salvar una vida. En muchas ocasiones arrastro a un compañero hasta un sitio donde pudiera descansar de sus heridas, pero hasta ese momento jamás presto auxilio a alguien ajeno a su gente. Claro que el saber aquello era una orden de Zarbon disipó un poco sus controversias, sin embargo, dio paso a una pregunta ¿Por qué ese sujeto estaba interesado en salvar a la muchacha y le pidió la llevará de vuelta?

La ruta que Mali le señaló era la más larga, pero al mismo tiempo la más sencilla. Ella recordaba que Bardock no estaba del todo bien, pero él lo olvido y en una ocasión salto más de lo que debió para cruzar una estrecha quebrada. Por poco cae unos veinte metros a un camino de agua seco, salpicado de rocas. Por suerte consiguió sujetarse del borde. Su falta de cordinación y sistema nerviosa todavía alterado, le hicieron demasiado difícil subir por lo que decidió arrojar a Mali hacia la cima de la escarpada pared. Eso significó hacerle un poco de dañó, pero sin duda era mejor que caer al vacío. Con ayuda de ambas manos Bardock consiguió ascender. Para entonces Mali se cubria el costado de la cabeza con la mano.

-Eres un bruto- le dijo la muchacha, pero sonriendo como si aquello hubiera sido cómico.

-¿Estás bien?- le preguntó el saiyajin cuando llegó a su lado e ignorando el comentario de la mujer.

Mali asintió con la cabeza y se sujetó del cuello de Bardock cuando él volvió a levantarla. En esa oportunidad con bastante cuidado.

-Sigue derecho hasta que llegues a una zona desforestada. Ahí ve hacia el este y luego sigue el río. Cuando veas un puente... habrás llegado-le dijo la muchacha metiendo el rostro en el cuello de Bardock.

-Mantente despierta- le pidio, pero ella no respondió- Muchacha...Mali...

-Dejame dormir- respondió la chica- Estoy cansada.

-Eso no es una buena idea- le dijo Bardock recordando que alguna vez vio a un sujeto con una herida parecida a la de ella y una vez se durmió, no volvió a despertar- ¡Mali!