Catorce

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-¿Qué fue lo que le sucedió?- le preguntó el doctor a lo que Bardock contestó lo del incidente. Hasta ahí todo bien, pero cuando el médico quiso averiguar más datos respecto al paciente, Bardock no respondió más que el nombre de la chica y su edad- Muy bien. Espere afuera por favor- le pidió el doctor viéndolo con un poco de recelo.

Mali inteligentemente le dio los datos más básicos a Bardock y también le inventó una historia coherente, a la que tenía que aferrarse sino quería despertar suspicacias. El problema es que no terminaron en un hospital convencional, sino en uno militar. Y el doctor tuvo varias sospechas respecto a aquel individuo, que descaradamente se recostó en la banca del pasillo cruzando los brazos tras la cabeza.

La lesión de Mali era en realidad un esguince. La zona se había tornado negra debido a la  extravasación de sangre en la zona por la rotura del ligamento. Eso sumado a las malas condiciones a las que estuvo sometida, además de su enfermedad, ayudaron a que su estado se agravara. Después de estabilizar a la muchacha, una enfermera se encargó de limpiarla y ponerle un pijama de los únicos que tenían ahí. Unas prendas de carácter militar que consistían en una camiseta color oliva y un pantalón corto del mismo tono. Cuando estuvo lista le pusieron suero y una pierna ortopédica de color negro para que pudiera desplazarse.

-¿El hombre que la trajo sigue ahí afuera?- preguntó el doctor a la enfermera que miraba por la ventanilla de la puerta.

-Sí. No se ha movido desde que llegó.

-Este atenta a cualquier movimiento de su parte.

-Dijo que era el novio de la muchacha y que ella sufrió un accidentado mientras estaban acampando en la montaña. Usted ¿Cree que este mintiendo?

-No descarto esa posibilidad y hasta que la muchacha despierte y nos corrobore la veracidad de esa historia será mejor vigilarlo- respondió el médico.

Un hombre con aspecto extraño y cara de maleante que aparece con una chica herida en un hospital de emergencia, ciertamente, era para sospechar. Y el doctor que por sus años y sitio donde servía había aprendido a reconocer a los malos tipos, vio en Bardock a uno a primera vista. De todas formas salió al corredor para contarle que Mali estaba bien y solo necesitaba reposo, medicamentos y alimentarse bien. Bardock lo escuchó sentandose en esa banca con una actitud y mirada de rufián que no hacían otra cosa que sembrar más dudas en el médico.

-¿Me la puedo llevar?- le pregunto de forma seca y ruda.

-Todavia no. Te avisaré cuando esté de alta. Solo espera aquí. No tardará más de un par de horas- le dijo el sujeto y se despidió de él para alejarse por el corredor, aunque viéndolo de reojo.

Bardock lo siguió con la mirada y cuando desapareció de su vista, se levantó para asomarse a la habitación donde Mali descansaba. Pudo verla por la ventanilla dormida en aquella blanca cama. Podía dejarla ahí, pues cuidarían de ella. Sin embargo, la idea de alejarse de la mujer iba en contra de sus deseos. Él la quería cerca. Muy cerca. Bardock todavía era muy joven aun para las cuentas de los saiyajin. Cuando Mali le confesó su edad descubrió ella era mayor que él. Se veía más joven. Se veía más frágil de lo que realmente era también. Ese contraste entre su apariencia y lo que verdaderamente era esa mujer era lo que lo tenía tan fascinado.

El ciertas ocasiones algunos de sus compañeros se apareaban por gusto. En más de una ocasión recibió una oferta de ese tipo y acabó aceptando. Pero las mujeres con las que estuvo no le generaban ningún deseo en particular. Mali si. Con los brazos cruzados apoyo la espalda en la pared junto a la puerta, dispuesto a esperar el tiempo suficiente para que ella acabará de recuperarse, pero al observar el pasillo notó que un par de soldados lo vigilaba desde el fondo. Hizo como si nada y vio hacia el otro lado encontrando a dos más. A unos metros frente a él había un baño. Lo sabía porque vio algunas personas entrar y salir de ahí con las manos húmedas, además el dibujo en la puerta así lo señalaba. Después de unos minutos, Bardock decidió entrar  y se quedó tanto tiempo dentro que dos de los soldados se acercaron para averiguar que pasaba.

Era para mí Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora