Veintiuno.

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Bardock no se enteró de lo que, supuestamente, hizo y no le dió importancia, pero siguió a la muchacha con la mirada un instante antes de que ella volviera la vista atrás. La forma en que Mali lo miró lo hizo volver el rostro al frente medio sonriendo. La actitud de enfado de la mujer le era un poco graciosa.

Ese día Zarbon atrapó unos peces y varios camarones de agua dulce que la corriente arrastraba por el rio al que el arrollo, que pasaba junto a la cabaña, se unia unos kilómetros al norte. Mali ponía unos condimentos a esos animalitos antes de asarlos y quedaban deliciosos. Si para disfrutar de un sabroso bocadillo tenía que mojarse un poco, no le molestaba. Pero aprovechando que estaba solo decidió darse un baño y para ello tomó su forma original además de quitarse la armadura.

Por varios minutos Zarbon disfrutó de las suaves corrientes que limpiaban su cuerpo y relajaban sus músculos, pero súbitamente eso acabó. Fueron unas desagradables risas las que terminaron con la agradable situación y lo llevaron a sumergirse para no ser visto. El río era bastante profundo, incluso en la orilla y valiéndose del color de su cabello como el de su piel, Zarbon se escondió entre las algas pudiendo observar a dos sujetos. Uno de ellos se hincó para lavar sus manos que estaban sucias de sangre. Desde su escondite, Zarbon no podía oír lo que decían, pero los vio levantar su armadura y examinarla de una forma muy molesta. Él había recuperado sus capacidades casi en su totalidad así que no le fue difícil disparar un diminuto proyectil de ki directo al hombre que sostenía su ropa. El sujeto cayó muerto en el acto y su compañero no supo ni que le pasó. Terminó igual que él de cara al suelo en la orilla. La armadura de Zarbon fue a dar al agua siendo arrastrada por la corriente. Él fue tras ella por lo que ignoró la presencia de otros dos hombres, que del otro lado del río vieron a Mali caminando por la orilla, más allá de una hilera de árboles, cargando su arma.

Zarbon nadó bajo la superficie intentando alcanzar su armadura, pero antes de poder sujetarla su visión periférica le permitió ver a alguien aproximarse por detrás. Al voltear descubrió que en realidad eran los cadáveres de los hombres que acababa de matar. Era imposible que hubieran sido arrastrados por el agua. Alguien tuvo que haberlos arrojado al río, así que Zarbon decidió salir a la superficie al amparo de unas grandes piedras a medio caudal. Desde allí pudo ver a otros dos hombres. Los reconoció como los que estuvieron molestando a Mali y Bardock. Esa gente no era buena. Él lo sabía y pensó en terminar con sus vidas, pero un disparo del lado apuesto del río lo hizo ver hacia allá.

Mali había salido a pasear. Lo hizo sola, lo que fue bastante imprudente, y terminó encontrandose con un oso salvaje. La muchacha sabía no podía herir a ese tipo de animales por lo que disparó al aire para espantarlo. El oso se le quedó viendo un momento, después se lanzó en una frenética carrera hacia ella. Mali sabía que ni correr (mucho menos con un pie lastimado) o hacerse el muerto servía de algo contra esas bestias, así que muy a su pesar y arriesgándose a terminar en un buen lío apunto a la cabeza del oso, pero no tuvo oportunidad de disparar. Ella no vio que pasó. El animal iba corriendo hacia ella y de la nada no estaba ahí. Tuvo la impresión de que algo se arrojó en contra de aquella bestia, pero la verdad es que no vio absolutamente nada. Sujetando su rifle con fuerza dio unos sigilosos pasos al frente. Cuando oyó su nombre dio un pequeño brinco y por poco dejó caer el arma de sus manos.

-¿Zarbon?- murmuró la muchacha, pues reconoció la voz, pero no estuvo del todo segura que se tratara de él. Parándose de puntas, para ver por encima de los arbustos, estiró el cuello intentando ver si él estaba ahí- ¿Zarbon?

-¡No te acerques!- exclamó un poco alarmado y apretando el cadáver del oso contra él.

-¿Por qué? ¿Qué sucede?

-Perdi mi armadura en el rio- le confesó y si Mali lo hubiera visto, en ese momento, se hubiera echado a reír con la cara que tenía el terrible comandante del ejército del Freezer. Estaba rojo y tenía la expresión de un niño ingenuo.

Era para mí Where stories live. Discover now