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Capítulo 7

Xu Yan volvió a dormir toda la mañana. Anoche, en el bar, a oscuras, cuando Shen Zhi llamó por teléfono, Xu Nian se abalanzó sobre él para contestar, porque temía que su hermano se ablandara, pero en realidad Xu Yan no tenía intención de contestar en absoluto. Después apagó el teléfono y sigue sin encender. Xu Yan estiró sus miembros hasta la muerte, sintiéndose hueco tras dos días consecutivos de resaca.

Después de lavarse, Xu Yan volvió a la cama, tomó el teléfono y lo encendió para ver qué había cerca. El teléfono había estado apagado toda la noche y también estaba un poco confuso. Después de un segundo de estar atascado, la barra de alertas comenzó a mostrar varios mensajes recibidos. Xu Yan era demasiado perezoso para mirarlos y abrió primero la aplicación de comida para llevar, y con una cuidadosa selección, finalmente ordenó: pollo estofado y arroz.

"..." Xu Yan de repente no tenía mucho apetito, debería haber pedido a Xu Nian que llamara a la tía para cocinar.

Después de abrir WeChat de nuevo, respondió a algunos mensajes. Xu Yan se desplazó hacia abajo a través de algunos chats de grupo y, finalmente, vio un claro punto rojo '4' en el cuadro de chat de Shen Zhi.

Después de todo, Shen Zhi rara vez le enviaba mensajes de WeChat no solicitados y nunca decía mucho al responderlos, por lo que el número que aparecía en la casilla de chat era básicamente '1'. Xu Yan también se preguntaba en secreto si ese 1 era Shen Zhi respondiendo con una sola frase, pero pensándolo bien, era un 0, así que parecía no tener nada que ver con sus atributos. No amar es simplemente no amar.

Es mentira decir que no hay altibajos en mi corazón. Acabo de irme ayer, ¿cómo puedo desprenderme por completo de alguien a quien he amado durante seis años de la noche a la mañana? No es una mancuerna que se pueda levantar y soltar con fuerza, no es tan crujiente, es una enredadera enmarañada que trepa por tu cuerpo y que sólo se puede cortar y desmenuzar poco a poco.

El primer mensaje era de anoche. Shen Zhi: ¿Dónde estás?

El resto son de esta mañana. Shen Zhi: Voy a salir.

Shen Zhi: El asistente dijo que ha llegado el traje que pedí, vuelve y firma por él.

Shen Zhi: Dijeron que no había nadie en casa y que tu teléfono estaba apagado.

Las siguientes palabras: deberías estar en casa, ¿por qué nadie abrió la puerta cuando enviaron el traje allí?

Xu Yan volvió a acostarse, se apretó el entrecejo, volvió a tomar el teléfono y estaba a punto de contestar cuando sonó, era Shen Zhi. Se sobresaltó y se quedó mirando la pantalla unos segundos antes de pulsar el botón de respuesta, sin decir nada; en realidad, no sabía qué decir. Nunca antes había habido una conversación fría entre ellos, porque Xu Yan siempre tomaba la iniciativa de hablar, pero ahora que no hablaba, Shen Zhi parecía incapaz de reaccionar de inmediato. Así que los dos se quedaron en silencio al mismo tiempo, y sólo después de un rato Shen Zhi preguntó: "¿Dónde estás?".

La voz sonó en sus oídos, un poco baja, y el improductivo oído derecho de Xu Yan se entumeció incontrolablemente por un momento antes de contestar: "Afuera".

"No has bebido suficiente vino, ¿verdad?" Shen Zhi preguntó con frialdad.

Hoy era su día libre y su cliente le había pedido que fuera a jugar al golf. El viaje duró media hora, y se suponía que tenía que salir a las diez. Estuvo sentado en el estudio hasta las diez, y diez minutos pasaron casi segundo a segundo mientras miraba su reloj, pero Xu Yan nunca volvió, como si estuviera decidido a ir contra él. A mediodía, el asistente llegó con un mensaje diciendo que había enviado el traje pero que no había nadie en casa, y su teléfono estaba apagado cuando llamó a Xu Yan, lo que significaba que Xu Yan nunca había regresado.