Mi Gardenia [Bakudeku] [katsudeku] (Reescribiendo)

𝙸𝚣𝚞𝚔𝚞

Junto con el atardecer una hora de barbaros entraron a la capital, parece que ya habían infiltrados que vivienda adentro.

Todo comenzó a incendiarse.

Desde la terraza Izuku vio como una gran oleada de aire se esparcía por la capital, un fuerte terremoto azoto el reino, provocando que Izuku se apoyara en el sillón de la terraza.

— Pero que.. — trato de ponerse de pie.

El temblor trajo con sigo pequeños soldados de piedra que acompañaban a los bárbaros, aguilas enormes surcaron los cielos.

Fue en un parpadear de ojos que varias de las casas comenzarán a incendiarse.

— Izuku ! — llamo Shinso.

Su respiración estaba agitada, Izuku por un momento desvío la vista, pero sintió un golpe filudo de aire recorrer sus mejillas, cuando se fijó denuevo por la terraza Kirishima estaba montando en un dragón elevándose al cielo, detrás de el más jinetes de dragón se dirigían a la batalla.

Las cortinas de la ventana revoloteaban, se empezaron a escuchar gritos provenientes del harem.

— Mierda ! — volvió a gritar Shinso, ya habían soldados infiltrados y comenzaron atacar.

"Kacchan"

Tomo un buen bocado de aire y salió corriendo de la habitación, pero en cuanto salió por las paredes sus sirvientes y sus dos soldados estaban tirados en el piso manchados de sangre.

— Pero.. — su respiración agitada aumento.

Entre las esquinas de los pasillos entraron más bárbaros, no tenían uniforme específico, estaban vestidos de cuero con trapos.

Lo tenían rodeado, uno de ellos se percató de su presencia, y a viva voz grito.

— Ahí esta, el omega del sultán ! — apunto con su espada a Izuku, se dirigió corriendo hacia el, más soldados aparecieron, al frente y por detrás de los pasillos, el sonido de sus pasos recorrió los 5 sentidos de Izuku.

Su corazón latía a mil por hora, sus ojos estaban bien abiertos, sus soldados estaban muertos, Shinso desapareció, no tenía un arma en mano, nada.

Sus rodillas se desplomaron al suelo, y en una milésima de segundo, cuando sus rodillas tocaron el suelo unos látigos negros salieron de su pecho atravesando la cabeza de cada uno de los soldados, Izuku no mostró don alguno cuando nació, pero parece que ahora recién se están mostrando.

Cuando Izuku abrió los ojos, pues había parpadeando, vio a los bárbaros en el suelo, tomo un puñado de confianza y se puso de pie, tomo la espada de uno de los hombres para seguir su camino a la habitación de Katsuki.

— Tranquilo tranquilo... — se repita en la cabeza, el sonido de los gritos de los diferentes lugares del castillo comenzaron a perturbar.

Los soldados seguían de pie en la puerta, entro y Katsuki seguía en la cama, pero tenía algo de fiebre.

— Kats- — Entro Adelet de golpe.

Por la gran terraza de la habitación de Katsuki se vio como seguían llegando criaturas voladoras, pero luego vio a un hombre con capucha negra sobre volando el castillo, visión que enfrió su sangre.

— Izuku debemos irnos ! — tomo a Izuku pro el brazo.

— Debemos irnos ! Debemos irnos ! — trato de jalar su brazo.

— No lo voy a dejar.. !

— Debemos irnos !

— No lo voy a dejar !