𝙸𝚗𝚏𝚒𝚕𝚝𝚛𝚊𝚍𝚘𝚜

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Katsuki escolto a Izuku a sus aposentos.

— Llegamos. — dijo el.

Se sentó y recostó contra la gran puerta de madera.

— Te quedarás ahí ? —Pregunto Izuku.

— Si. Me siento más seguro así

Izuku dudo un momento su respuesta.

— Si así te parece puedes entrar. — abrió un lado de las puerta, y entro dejándola ligeramente abierta.

Katsuki sonrió ligaramente de lado.

Al ver su cama Izuku se tiró a ella, se sacó los zapatos de dos tirones y se envolvió con las sábanas.

Katsuki lo siguió y se echó a su lado. Teniendo a su vista el rostro, bello rostro de Deku que se estaba quedando dormido.

— Una vida junto a ti, es todo lo que puedo desear.. — acaricio la mejilla de Izuku.

El correspondió el gesto y dejo caer su mejilla contra su mano, y echo a dormir.

Pov Izuku

Senti como el alba del sol comenzaba a asomarse por el ventanal, hoy no fue Toga quien me dió los buenos días, fue Mina.

— Buenos días sultán. — entro con las mismas señoritas detrás de ella.

— Buen día, dónde.. está Toga ? — me sente en la cama, tratando de despertar todos mis sentidos.

— Está ocupada con algunos asuntos del Harem.

— Ya veo.. —mire al suelo, se me hizo costumbre su compañía.

Una vez me cambié, dispuse a ir de inmediato al harem, buscando a Toga, queria ir al bazar, lugar principal donde llegan el cargamento de los barcos.

— Toga ! — levanté la mano siquiera la vi.

— Mi sultán — hizo una reverencia.

— Por fin es Martes, lista para ir de compras? Pensé que podíamos comprar cosas el postre de la casa hogar.

— Perdoneme mi sultán, me dieron más trabajo, no podré ir.

Me sentí decepcionado, planeamos la salida hace tiempo, estoy más que seguro que es obra de la madre Sultana. Está de mal humor desde lo de Tsuyu.

— Está bien, prometo volver pronto.

Sin decir más di la vuelta, estoy casi 6 meses aquí, todavía no me acostumbro a las grandes puertas, el puente que conecta el castillo con la capital, echo de piedra.

— Izuku ! — Era la señorita Uraraka.

Se lanzo a mi por detrás, sujetando mis hombros.

— Hola señorita Uraraka — sonreí de lado, no era tan cercana a ella como lo era de Toga, pero su compañía no era tan mala.

— A dónde va ?

— Voy al bazar, y usted ?

— Yo también, vine porque tenía esto para usted.

Extendió su mano con una de las cremas protector solar.

Mi Gardenia [Bakudeku] [katsudeku] (Reescribiendo)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz