017: Me encanta jugar a capturar la bandera

560 82 49
                                    

Estábamos listos para poder, finalmente, jugar a Capturar la bandera. Honestamente, suena algo peligroso, ya que dejan ocupar cualquier tipo de armas —esto, también, incluye los poderes de los distintos mestizos—, pero me emociona, incluso más, aquel hecho. Ver qué poderes ocultan mis compañeros, me intriga en demasía. Puede que, tal vez, vea a Chuuya ocupar su poder (esta vez bien, porque cuando lo ocupó contra el fantasma, con suerte vi la silueta).

— Recuerden, si alguien resulta mal herido, yo actuaré como médico y árbitro. —Mori se encontraba en su forma de centauro, así se moviliza más rápido. Troné mi espalda y me di cuenta, cuando me giré al hacerlo, que Sugimoto no se encontraba cerca.

Estábamos todas las cabañas en el lugar que se otorga como separación de todo el campamento, para esta actividad. Nos observaban desde lejos algunos profesores, mientras Mori explicaba las reglas.

— Si se encuentran muy mal, usen las bengalas. —apuntó a una caja que tenía al lado suyo. Cada mestizo tomó una— ¿Falta alguien?

— El nuevo fue al baño —comentó Tachihara.

— Ustedes le explicarán las reglas de nuevo, ¿no es así? —Tachihara asintió algo fastidiado— Bien. Los ganadores del viernes pasado y los perdedores, acérquense.

Chuuya se colocó al lado izquierdo de Mori; vi como intentaba oprimir una sonrisa. Teruko Okura, la líder de los de Ares —que tiene 11 años, por cierto—, se colocó al otro lado del centauro. Por la gran diferencia de altura que tenían ambos con el profesor, se veían como dos duendes. Tuve que tragarme una risilla.

— Empieza el equipo ganador —informó Mori.

— Eligo el lado del Puño de Zeus —subió la voz Chuuya, para que todos lo escucharan—. La primera cabaña, Atenea.

— Siempre eliges ese lugar, no es justo, yo también lo quería —le reclamó la de Ares, mientras los de Apolo y los escogidos se acercaban al pelinaranja.

— Si lo quieres, gánatelo —le refutó Chuuya, sonriendo de lado. Ella rodó los ojos.

— Afrodita —habló la de Ares ahora. Esta cabaña, de cinco integrantes, se acercó a la chica, junto con el resto de la cabaña 5.

— Hermes. —ahora todos los de mi cabaña se juntaron al lado de Chuuya. La de Ares lo miró frunciendo el ceño.

— Hécate. —los dos nombrados se acercaron.

— Hipnos.

— Deméter. —Atsushi me miró, mientras se unía al equipo contrario. Había hecho un pequeño puchero.

— Nike. —Chuuya miró muy mal a Teruko, parece quería escoger a Atsushi también. Escuché a mis espaldas como Sugimoto llegaba sin aliento (probablemente vino corriendo), por lo que Tachihara le empezó a explicar el juego.

Chuuya dejó de escoger, luego de la última cabaña nombrada, dejando al equipo de Apolo junto con los de Atenea, Hermes, Hipnos y Nike. Un total de 21 mestizos.

El otro equipo lo lidera la cabaña de Ares, quien escogió a los de Afrodita, Hécate, Deméter, Hefesto, Iris, Hebe, Tique, Dionisio y Némesis. Un total de 26 mestizos (todo el resto del campamento).

Cada mestizo, además de una bengala, escogió un arma de las que entrenamos. Yo escogí una espada.

— Tienen diez minutos para organizarse con su equipo. Recuerden, armen una celda para quienes atrapen, coloquen la bandera dónde deseen y, cuando suene el cuerno de los sátiros, el juego empieza, oficialmente —nos indicó Mori, antes de que siguieramos a Chuuya al sector que escogió.

Hijos de Divinidades || SoukokuWhere stories live. Discover now