Capítulo 4: Balanza de la sociedad

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Pasaba página tras página, en completo silencio, sin permitirse más allá que la relajación de pasar sus ojos a través de cada palabra, procesándolas en su cabeza para sacar una idea más clara.

Definitivamente, estaba demasiado curioso ante lo que había presenciado antes y no estaba completamente seguro de si quería continuar investigando o solo se quedaba con la duda.

—No esperaba que vinieras hasta aquí sin pasar por el área del frente. —comentó Lisa apoyándose en uno de los estantes. Michael había pasado sin llamar demasiado la atención, tal vez por eso es que ella jamás se dio cuenta. —Te interesó mucho el tema o sigues preocupado...

Ambas opciones eran la verdadera. Aún así, cerró el libro, algo frustrado y tentado.

—Michael.—se sentó justo a su lado, ignorando por completo el puesto del frente. —¿Tienes alguna pregunta que te gustaría hacerme?

—Si. —soltó, jugando un poco con sus manos. —bueno, es más... una aclaración... ¿Realmente todos están ahí por usted?

—Correcto, todos se encuentran en ese lugar por mi.

—Pero... ¿Por qué? ¿Cuál fue su intención inicial? ¿Por qué hacer todo eso?

—Allá afuera no iban a estar aceptando este tipo de personas, era justo que al menos tuvieran un lugar especial en donde no se sintieran juzgados o... perjudicados. Me imagino que habrás escuchado eso de los demás.

—Lo supe por Ray pero... aún me sorprende la idea de que usted... los haya ayudado así sin más... solo por... benevolencia... aparte, sigo sin entender por qué me escogió a mí. Soy diferente a todos ellos, no tengo nada que me haga especial, no tengo poderes, no tengo nada, estar ahí es una completa pérdida de tiempo.

—Antes comenté la parte del-

—Del puente entre dos mundos, si, eso lo entiendo, pero sigo sin entender el-

—Déjame acabar.—le interrumpió.—más allá que ser un puente entre dos mundos, eres como una especie de balanza dentro de la sociedad. Aceptas a los humanos, aceptas a los seres que tienen habilidades especiales, eres el gris entre el negro y el blanco. Entiendes a los humanos por no comprender a los seres y entiendes a los seres por querer pertenecer en la sociedad con los humanos.

—Pero es imposible que sepan eso sin que lo haya dicho usted previamente. Confiaron en mí por estar con usted.

—Cierto... pero jamás demostraste lo contrario. Ellos amaron que más allá de juzgar, te viste curioso por aprender más.—se acomodó en su lugar. —dentro de una sociedad en donde las personas juzgan, tú saliste como alguien que nunca lo hizo. Y lo vi desde el primer instante.

—Pero mantener esta idea sabiendo que las personas a mi alrededor no lo aceptan, ¿No cree que es demasiado... problemático?

—Lo será al principio. —se aclaró un poco la garganta. — aparte... Esto es algo que no me gustaría comentarlo tan pronto... Pero será inevitable y aunque lo irás entendiendo con el tiempo, es mejor que lo sepas.

Tenía miedo de lo que fuera a decir a continuación, aunque tenía confianza de que al menos, ella tendría consideración de decírselo sin que él sintiera miedo o se aterrara.

—Es el funcionamiento de una sociedad promedio. Tú junto con otro muchacho tienen la misma habilidad de comunicarse delante de un gran público. Sin embargo, ese muchacho termina siendo presidente y tú terminas dando charlas en un seminario. Dos chicas tienen la misma habilidad en matemáticas, una termina concursando de manera internacional y la otra termina dando clases en una escuela privada. — Todo esto lo decía mirando hacia el vacío, parecía que esto era una costumbre entre todos ellos. —básicamente, ocurre lo mismo con actos buenos, neutrales y por supuesto, los malos.

PontifexHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin