Capítulo 9: El mundo que alguna vez conocimos

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Los dos se giraron hacia la supuesta persona que los había encontrado de la nada, por unos segundos, Hawk estaba dispuesto a colocarse en posición de combate. Sin embargo, al darse cuenta de que se trataba de una joven, él decidió bajar los hombros. Aunque aún mantenía esa idea de atacar en cualquier momento.

— ¿Quién eres tú?— preguntó Hawk de vuelta.

La chica se había asomado un poco hacia la luz, solo para poder mostrarse un poco más, acto que podría demostrar que ella estaba en son de paz, aunque no los estaba dejando seguros.

— ¿Vinieron a buscar algunos documentos? ¿Información específica?— Su voz era bastante segura y directa. —¿Cuáles son sus intenciones?

— Queremos obtener información de los primeros portadores diseccionados en este laboratorio. — contestó Hawk de manera aún más directa hacia la chica. —Sabemos la cantidad de cosas que se hicieron aquí en contra de esas personas.

— Espero que eso no lo hayas obtenido de esos archivos. — señaló la chica a los documentos que aún tenía Hawk en las manos. — todas esas confesiones no son más que mentiras del gobierno y de los pueblos.

Aunque Hawk posiblemente sabía eso, era más probable que él le hubiera tendido esa especie de psicología invertida a propósito, con intenciones de que ella lo sacara de alguna duda.

Acto inteligente, si era honesto.

— ¿Para qué necesitas saber eso?— cuestionó una vez más acercándose. — ¿acaso tienen poderes? ¿necesitan consultar algo a alguien superior? ¿o son solo unos tontos con demasiado tiempo libre?

Hawk aclaró su garganta y dio unos pocos pasos hacia la chica solo para mostrar una ligera sonrisa.

—Tu nombre es Sylvia y eres una portadora.

La chica se había mostrado sorprendida los primeros segundos, antes de que de su boca brotara una sonrisa.

—Al menos me demuestra que eres un portador. Y uno muy astuto y que sabe usar sus poderes. —miró a Michael. —y que tú, no eres uno.

Había matado a dos pájaros de un tiro, era un hecho.

—Bien, ahora explícanos, —Hawk se cruzó de brazos. —¿Qué se supone que haces aquí?

—Soy vigilante de este lugar.— sacó su billetera y mostró una especie de placa que le daba la autorización de poder moverse por la zona sin ningún problema. —mi deber es asegurarme de que no haya intrusos en este lugar.

—Creo que no hiciste muy bien tu trabajo entonces

—Te equivocas. — le sonrió.—los había visto, solo quería asegurarme de que no eran un peligro, luego de que vi a este niño con un bate mal sostenido, me di cuenta de que no tenía que temer.

Oh, él había sido el causante de esta amistosa aparición. Interesante.

— ¿Seguro de que solo necesitan la información escrita de este lugar? ¿Desde cuándo es de su interés hacer revisiones de ese estilo?

—Solo teníamos un par de dudas sobre los primeros portadores. — dijo Michael. —la información que aquí encontremos no saldrá de este lugar, solo queremos estar seguros de algunas dudas.

—Comprendo, bien, en ese caso, pueden venir conmigo. Hay una parte de este lugar que funcionará más que este.

Continuó hacia adelante, los otros dos decidieron seguirla y a medida que lo hacían, se daban cuenta de que ese lugar estaba horriblemente sucio, con demasiado polvo y con pinta de que no había sido tocado por la mínima de luz solar.

PontifexWhere stories live. Discover now