Pontifex

Capítulo 7: La pesadilla entre el sueño

—Mamá, estaré en la casa de Hawk. — dijo Michael, en voz alta antes de dirigirse hacia la puerta, apenas abrirla, se dio cuenta de que el dichoso se encontraba del otro lado y a pocos centímetros de tocar la puerta. Acto que lo había hecho sonreír un poco. — ¿Me adelanté?

—Me ahorraste unos cuantos nervios internos.— Michael lanzó una leve carcajada. —no interrumpía nada, ¿cierto?

—Nope, podemos irnos.

Ambos estaban en el vehículo, de hecho, ya todo este ambiente ni siquiera podía sentirse como cuando hablaron sobre cómo Michael tal vez no debía seguir con todo esto del puente entre ambos mundos y todas esas cosas.

Ahora que lo recordaba, posiblemente comenzaba a entender por qué el ambiente se sentía tan absurdamente tenso.

— No te noto confiado con todo esto. — comentó Michael, viendo al que estaba sentado en el asiento del conductor, el cual miraba hacia el camino aunque con una expresión de preocupación.

—Lo estoy.

—Ajá, ¿sabes por qué no te creo? Tú mismo dijiste que es la primera vez que esto pasa, así que-

—Solo... no quiero que esto salga mal.

—¿Tienes miedo de cagarla?

Curioso.

Hawk no parece ser del tipo de chico que piensa de esa manera sobre sí mismo.

—Algo así, pero no voy a analizar demasiado esto...

...

Los dos finalmente habían llegado al hogar de Hawk, éste mismo se encontraba intentando abrir la puerta, Michael notaba cómo le temblaba un poco el pulso al colocar la llave en la cerradura y cómo aún temblaba cuando giraba el picaporte para acceder.

Tosió un poco, intentando aliviar esa tensión que se había creado a sí mismo.

—Mamá, papá, ya llegué.

Sonaba como un niño pequeño, aunque eso se había sentido aún más fuerte cuando vio a la madre aparecer con una enorme sonrisa, acercándose directamente hacia Michael para darle la mano.

—Hola... Michael, ¿verdad?— él asintió.— ¿ves? le atiné.—le dijo a su esposo, el cual se veía un poco más calmado.

—Te ves más joven de lo que pensábamos, hijo. —comentó, a lo que Michael frunció el ceño.

—¿Perdón?

—Ah, sí.—continuó Hawk. — en algunas culturas... muy de antepasados.—remarcó Hawk hacia sus padres.— tienden a tener una imagen mental de los conocidos de sus hijos, sobrinos y nietos, normalmente no consideran a los jóvenes como entes que puedan hablar de maneras como adultos

Aun sabiendo que los dos eran adultos, relativamente, habían cumplido los 18 hace poco.

—Por ende, ellos tenían una imagen mental de ti como alguien viejo.

—No viejo, Hawk. —contestó su padre. — un poco mayor que tú.

De todas formas, parecían ser más simpáticos de lo que realmente podía haberse imaginado.

Aunque ahora que se percataba, parece que sus genes habían sido repartidos de manera uniforme. Su madre es una mujer con una estatura promedio, cabello largo y de colr cafe con algunas ondas, sus ojos son de color canela, su padre tiene los ojos del mismo color, aunque es mas alto y con el cabello oscuro. A comparación de ella, él tiende a ser más tranquilo y pacifico, ella por su parte, parece ser más extrovertida.