27. El Clásico

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2:03 am

"Hijo de puta..."

Pedri abrió sus pesados párpados al escuchar un ruido solo para encontrarse con el reloj sobre la mesa de noche iluminando un poco la oscuridad en esa habitación de hotel. Los ojos le ardían de sueño y sus piernas aún se sentían tensas rogándole que regrese a dormir. Y eso haría hasta que escuchó otro ruido de la madera del suelo crujiendo. Sus ojos se volvieron a abrir viendo de nuevo la hora y escuchando con atención sus alrededores pensando que lo imagino. Pero antes de volver intentar dormir escuchó un resoplido y terminó por estirarse para encender la lámpara.

—¿Qué haces?—Se encontró con los ojos de venado de Gavi acostado sobre un tápate en el piso con móvil en mano y conectado a un enchufe cercano.

—COD—Le enseñó la pantalla con el videojuego de Call of Duty en curso y Pedri solo parpadeo intentado hacer que los engranajes de su cerebro funcionaran.—¿Juegas?

—Ven.—Aun sin procesar bien la situación fue lo único que le respondió llamándole con una mano y Pablo hizo lo que decía.—Deja dormir cabroncito.—Le pinchó las mejillas sacudiéndolo un poco hasta que soltara un lindo quejido y Pedri lo jalara en un abrazo estrujador.

—Me vas a romper.—Se volvía a queja con el rostro hundido el pecho del mayor cuando aflojó su agarre y le dejó un beso entre sus cabellos rebeldes con una sonrisa floja.

—Ya duérmete.—Le advirtió al ver que el castaño solo se volvía a sentar en la cama viéndolo sin una pizca de sueño en su mirada. Gavi quisiera decir que es porque aún tiene la emoción del partido encima y sus músculos ansían más acción. Quisiera que fuera eso y no estar repitiendo el rostro de Pedri gimiendo con su toque sin dejarlo conciliar el sueño.

—Estoy aburrido...—Decía llevando una de sus manos sobre el vientre de Pedri recorriendo la piel descubierta por la sudadera, una color baby blue que él canario cogió de entre la ropa de Pablo al igual que el short porque tenía pereza de ir a su cuarto en busca de un cambio. Verlo con su ropa le hacía sentir aún menos sueño.

—Hazte la paja y a dormir.—Consejos prácticos de Pedro.

—Házmela tú.—Y la mano de Pedri se estiró hacia su entrepierna sin pensarlo dos veces.—No, no, es broma.—El sevillano lo detuvo riéndose y entrelazando sus dedos con los suyos para jugar con ellos. El mayor solo lo observaba sin creer que en serio parecía que no iba a dormir por nada del mundo y una sonrisilla se le salió cuando la escena le traía recuerdos.

—¿Qué?—Gavi subió la mirada con curiosidad imitando en automático la sonrisa sin saber por qué.

—Me acordé de algo—Pedro se volvía a reír levantando la manta para que Pablo se acostara.

—¿De qué?—Se recostó de lado para apreciar el perfil del canario.

—¿Te dije que cuando estaba en Las Palmas me quede en una casa con un montón de niños, cierto?—Cuando lo volteó a ver Gavi solo asintió observándolo con mucha atención.—Estuve los peores años de la pubertad con demasiada gente igual de alborotada y nada de intimidad. Recuerdo que en una ocasión compartí habitación hasta con cuatro, te imaginarás que las pajas nunca eran privadas.

—¿Ya habías hecho lo de hoy con alguien más?—Lo idea no le gustaba mucho, pensar en alguien tocándolo así. Pero también le había mencionado que fue ahí mismo donde besó por primera vez a un chico.

VICEVERSA [ Pedri • Gavi ] Where stories live. Discover now