✓ | DECAY → ethan landry

━ 𝟏𝟔

𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐬𝐞́𝐢𝐬

ROBIN CORRIÓ HACIA ADELANTE VIENDO como su hermano clavaba a Kirby en el suelo. La sangre que brotaba de su cadera cayó al suelo mientras ella se inclinaba agarrándolo por su cabello y sacándolo de la mujer.

— Supongo que realmente es de familia — Ella siseó, tirando de su cabeza hacia atrás mientras le clavaba el cuchillo contra el hombro repetidamente.

Kirby se alejó de los hermanos yendo ayudar a Sam y Tara a luchar contra Ethan, Quinn y Bailey. Miró hacia atrás por un momento al notar cómo los ojos de Robin se oscurecieron y el agarre del cuchillo en sus pequeñas manos se apretó: parecía mortal.

— ¡ Púdrete ! — Gritó a través del dolor cuando la sangre comenzó a derramarse por su brazo. Luego empezó a derramar de su boca.

Robin puso los ojos en blanco lanzándole al suelo y colocando el cuchillo en su pecho, — vete a la mierda.

Un aullido salió de la garganta de Robin mientras sentía que algo le perforaba el costado y se alejó de su hermano llorando de dolor, — buen intento. — Oliver se burló, arrastrando su cuchillo a través de su abdomen encontrando el lugar perfecto para apuñalar.

Robin se quejó en súplicas para que se detuviera mientras le golpeaba el pecho repetidamente, — por favor.

Oliver le dio a su hermana una sonrisa falsa clavando la punta de su cuchillo en su piel haciendo que ella se queje, — pobre pequeña Robin , no es tan... — Las burlas del mayor se cortaron cuando su mandíbula se abrió y la sangre espesa se acumuló haciendo que Robin gritara mientras veía como un cuchillo entraba en el cuello de su hermano.

Cuando el cuerpo flojo de Oliver cayó sobre su hermana, la chica se topó cara a cara con Ethan. Él se agachó sacando su cuchillo del cuello de Oliver, — ¿estás bien? — preguntó, inclinándose sobre ella revisando las heridas de arma blanca.

— Tú-tú — Robin habló temblorosamente y Ethan le sonrió. No era la sonrisa enferma que había estado usando toda la noche, no, era la sonrisa que siempre había reservado para ella. La sonrisa llena de amor y adoración.

— Nunca te habría hecho daño, Rob.

La chica dejó salir un sollozo ahogado mientras lanzaba sus brazos alrededor de él con fuerza, — te odio ahora mismo.— Ella murmuró en su cuello, y él asintió aferrándose a ella sosteniéndola cerca como si fuera la última vez.