✓ | DECAY → ethan landry

━ 𝟐𝟖

𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

ROBIN SE SENTÓ ENTRE LAS PIERNAS DE ETHAN mientras le daba suaves besos en los hombros y la mordisqueaba de vez en cuando, haciéndola gemir ligeramente.

— Estoy tan orgulloso de ti, nena. — levantó la cabeza mirándola a los ojos mientras ella lo miraba con admiración, — hiciste un trabajo tan bueno para mí. matar a devon y luego a esa perra terapeuta.

robin sonrió ante el elogio y se inclinó hacia él dejando que siguiera cubriéndola de cariño, — ¿lo disfrutaste? — le preguntó, rozando ligeramente su piel con los dientes haciéndola estremecerse.

un murmullo salió de su garganta mientras inclinaba ligeramente la cabeza y se inclinaba para besarla. ethan sonrió acercando más a la chica a él mientras se encontraba con sus labios a medio camino. — eres perfecta — , murmuró contra sus labios. — mi chica perfecta.

el corazón de robin se agitó ante los elogios con los que su novio la estaba asfixiando. los elogios y el afecto se habían duplicado desde que ethan convenció a robin de llevar a cabo sus fantasías asesinas, pero robin estaba demasiado apegada como para darse cuenta de la manipulación que se estaba produciendo.

— Pero tengo otro trabajo para ti — , le susurró al oído y robin enarcó las cejas mientras se giraba para mirarle. — Este es el último, te lo prometo.

— Eso dijiste la última vez, — refunfuñó ella, sentándose y apartándose de él mientras cruzaba los brazos sobre el pecho, — No voy a hacer más.

Ethan la miró con ojos suaves, sujetándole los codos con cuidado mientras se ponía de rodillas, sobresaliendo por encima de ella. — Por favor, nena,— le suplicó, — por mí. ésta es la última.

robin suspiró cediendo ante él, y él sonrió apretándole la mandíbula para juntar sus labios: — Necesito que mates a daisy.

— No puedo hacerlo — susurró ella, sacudiendo la cabeza mientras se levantaba de la cama. — No puedo matar a Daisy, Ethan. No me ha hecho nada.

ethan se levantó de la cama agarrando con fuerza los hombros de robin manteniéndola quieta, — ella es lo único que nos impide estar juntos, rob.
— afirmó, — ni siquiera necesitas matarla, sólo asegúrate de que no pueda venir a buscarme.

robin tragó saliva mirándole a los ojos sin emoción y asintió, — de acuerdo.

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LA FIGURA ENCAPUCHADA DE ROBIN permanecía fuera del hospital esperando en las sombras a que Daisy saliera para irse a casa. el corazón de Robin martilleaba en su pecho mientras hacía girar el cuchillo entre sus manos y sus ojos se clavaban en la puerta observando cómo el regordete marco de la mujer salía por la puerta.

robin observó desde lejos como daisy sacaba su teléfono mirando a su alrededor ansiosa mientras hablaba en voz baja - el plan estaba en marcha.

— ¡déjame en paz! — gritó daisy asustada mientras tiraba el teléfono al suelo haciéndolo añicos y a robin se le rompió el corazón ante la escena.

pero aun así se abrió paso detrás de la mujer agitando su cuchillo mientras daisy se daba la vuelta mirando a la chica completamente asustada, — por favor. tengo un bebé, tengo un hijo. no puedo dejarlo.

bajo su máscara, robin sintió que una lágrima resbalaba por su mejilla mientras la mujer suplicaba y ella quería dejarla marchar, pero no podía. tenía que hacerlo por ethan.

robin levantó su cuchillo mientras éste se aferraba con fuerza a su mano y clavó la hoja en la de la mujer haciendo que ésta llorara en silencio.

daisy cayó al suelo agarrándose el costado mientras la sangre empapaba sus manos y robin retrocedía mirando a través de la tela negra que cubría sus ojos.

negó con la cabeza y se alejó dejando a la mujer sola junto a su coche. ethan estaba de pie junto a la entrada con una sonrisa orgullosa en la cara mirando a su novia, — así de simple — murmuró levantándole la máscara de la cara.

robin le miró con ojos brillantes pero ethan ignoró las lágrimas tirando de ella para darle un beso antes de sacarla del hospital.

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