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—¿Enserio no te dirá a donde irán? ——negué a la vez que me encogía de hombros.

—Es una sorpresa. ——mi abuela llegó con dos bolsas en sus manos—— ¿Que es eso?

—Un regalito de mi parte. Y no vas a decirme que no. ——regaño.

—Sabes que odio que gasten. ——ella me miró sería dándome a entender que no quería que me negara a nada—— gracias abuela. Es muy lindo de tu parte. ——la abrace.

—Cuidate mucho. Usa protector solar y un sombrero. ——asentí. Papa se acercó algo decaído.

—Sera extraño, no tenerte bajo mí techo. Emma ya se irá en unos días también. ——asentí.

—¿Y ahora quien te cuidara de mamá cuando no esté? ——dramatice, el me abrazo con fuerza meciéndome de un lado a otro.

—Te amo tres millones. ——nos quedamos así por unos minutos más—— será mejor que falla a consolar a tu madre. ——reí—— ya ve. Perderás el avión si sigues tardando. ——asentí.

—Los llamaré. ——me sonrió y se fue.

—Por favor no quiero sobrinos tan pronto, y si llega a ser así, no pienso cambiar ni un pañal. ——abrace a Emma quien estaba por llorar—— cuídate mucho, Sara.

—Tu también, no hagas enojar a mamá que ese es mí trabajo ——escuche un sollozo de su parte—— ¡PERO NO LLORES!

—Ya no tendré con quien pelear ——chillo—— diviértete mucho ——asentí limpiándole las mejillas.

—Cuidense. ——camine hacia el auto abrochandome el cinturón y viendo por la ventana como todos se despedían a gritos de nosotros.

—¿Lista? ——pregunto.

—Sabes que si.

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Observaba por la ventana con curiosidad y emoción, las calles se veían muy lindas de noche y la gente parecía divertirse. 

—Pare ali, por favor ——hablo Edward hacia el conductor.

—¿Dónde estamos? ——pregunte.

—¿Dónde crees? ——sonreí con emoción.

—¿Brasil? ——el asintió— te amo ——le di un pequeño beso antes de mezclarnos entre la gente.

Era todo tan emocionante. Brasil era el lugar donde quería visitar con mí familia, pero por cosas del trabajo no pudimos y nos mudamos a Forks.

—¿No nos quedamos en Río?

—No, estamos de paso. ——fruncí el ceño.

—¿Es cerca? ——el simplemente me sonrió por lo que estaba el doble de ansiosa.

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Me quite los zapatos para que mis pies dejarán de doler. Era muy lindo por la parte exterior y ya quería entrar para ver el interior de la casa.

—¿Es necesario? ——me reí cuando me cargo y abrió la puerta con su pierna.

—Sabes que soy muy tradicional. ——me dejo en el suelo, yo estaba distraída admirando todo—— ve a ver, yo meteré las maletas. ——asentí.

Cuando el se fue camine hacia lo que suponía era la habitación. La cama era matrimonial y muy cómoda

—¿Estás cansada? ——negué.

Sara || Crepúsculo Saga Donde viven las historias. Descúbrelo ahora