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Observaba con curiosidad las pequeñas cosas blancas que flotaban en el aire.

Nunca había notado eso.

Podía oler muchas cosas, y algunas eran prácticamente horribles pero el aroma de las flores en el bosque los cubrían.

Voltee rápidamente al ver por el reflejo de la ventana a varias personas en la habitación. Mi entrecejo se frunció y la molestia creció en mí.

—¿Sara? ——de un rápido movimiento tenía el cuello de esa persona en mis manos para luego estamparlo contra la pared.

—¡SARA! ——el grito de una femenina me distrajo—— ¡REACCIONA, ES EDWARD!

Voltee a ver al nombrado, me quedé observándolo fijamente y por fin pude hacer memoria.

¿Que estaba haciendo?

Lo baje lo más rápido que pude, di varios pasos hacia atrás cuando mi autodefensa se acoplo y solo quede en estado de; una chica indefensa.

—Esta bien, todo está bien. ——hablo de manera suave el cobrizo al mismo tiempo que extendía su mano hacía mi—— soy yo, Sara.

Confía en el. Sabes que nunca te lastimaría.

Acepte su agarre para luego dejar que me acerque de manera lenta. Apoyo su mano en mi mejilla acariciando la misma. Y en ese momento deje de estar a la defensiva.

—Te ves hermosa, y tenemos la misma temperatura. ——sonreí, en cuestión de segundos lo tenía abrazándome—— Sara, tienes más fuerza que yo en este momento. Afloja tu agarre un poco, por favor. ——me reí levemente, deje que se apartará solo un poco—— no me vayas a romper.

—Podría hacerlo, pero de otra forma. ——este sonrió entendiendo mí referencia, rodeo mí cuello con su mano para poder besarme—— ¿Y los niños? ——pregunte apenas me separé.

—Son extraordinarios. ——mis ojos brillaron de la emoción.

—¿Donde están? Tengo que verlos. ——me detuvo tomando mí brazo, por lo que un poco molesta y confundida lo mire.

—No te enojes ——bromeo sonriendo divertido—— primero tienes que controlar tu sed ——toque mí garganta sintiéndola de la nada muy seca—— Si, tienes que ir a cazar. —nos llevó hacia afuera de la casa—— ¿Una carrera? —no le respondí y eche a correr.

El viento en mí rostro me daba la tranquilidad más grande del mundo. Podía ver los pequeños insectos, cómo caían gotas de los árboles, cómo se abrían las flores y muchísimas cosas más. El me detuvo tomando mis hombros.

—Cierra los ojos ——hice lo que me pidió, me dio vuelta despacio—— ¿Que escuchas?

—No se, son demasiados sonidos ——intente enfocarme en una sola, debía beber sangre antes de ver a mis hijos. Por lo que trate de estar concentrada y usar mis sentidos. Hasta que lo encontré.

Me subí a unas rocas simulando una montaña para pasar desapercibida por el adorable ciervo que estaba frente a mí.

Mire a Edward esperando su aprobación, cuando la obtuve estaba lista para atacar. Pero algo más llamo mí atención. Algo más cálido, algo latiente.

Sangresita.

—Sara, no. ——corrí en la dirección contraria ignorando por completo los llamados de mí esposo. Quería beber. Quería cazar. Pero no era la sangre de un animal la que mí sistema necesitaba.

Sara || Crepúsculo Saga Where stories live. Discover now