C A P I T U L O 23

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C a p i t u l o 23

"Violette"

Miro mi reflejo en el espejo que cuelga de una de las paredes de mi habitación y compruebo que el uniforme escolar que porto esté en orden

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Miro mi reflejo en el espejo que cuelga de una de las paredes de mi habitación y compruebo que el uniforme escolar que porto esté en orden. Se veía bien, así que por último, cepillo mi cabello una vez más y suelto un suspiro cuando he terminado.

Sin pensarlo, mis dedos juguetean con el colguije que rodea mi cuello y en mi mirada descubro incertidumbre y miedo.

- ¡Violette! ¡Es hora! - mi tía grita desde la planta baja

Me giro para tomar la mochila café que he asignado para el colegio y salgo de mi habitación, bajo las escaleras y acepto la bolsa de papel que la mujer mayor extiende en mi dirección cuando ingreso a la cocina.

- ¿Estás lista, cariño? - pregunta

- Creo que sí - hago una mueca

- Cualquier duda que tengas, acércate a Sophia o sino a los maestros, todos ellos son muy agradables y gentiles

- Eso haré, tía, gracias...

- ¡Listo! ¡Vámonos! - Sophia llega con nosotras y toma otra bolsa de papel - Nos vemos, mamá

- Cuídense mucho la una a la otra ¿sí? Sophia, ayuda a Violette y sobre todo, no por andar de novia vayas a sacar malas notas - mi tía la señala y yo río por lo bajo

- ¡Ay, mamá! - mi prima rueda los ojos y me hace caminar detrás de ella

- ¡Adiós, tía! - me despido con un grito

Salimos de la casa caminando a paso lento, parecía que íbamos a buena hora, por lo que no había prisa. El aire fresco golpea nuestros rostros y el sol poco a poco comienza a iluminar las calles de Holmes Chapel; por primera vez desde que llegué, comienzo a ver una mayor cantidad de movimiento a esta hora: definitivamente era el momento de que todos volvieran a la rutina.

Puedo ver tanto a niños, como jóvenes y adultos transitando las calles, algunos de ellos saludan y otros simplemente siguen con lo suyo.

Era raro ahora ser una más de ellos.

Durante las vacaciones y mi estadía en la panadería de Barbara, tuve la oportunidad de conocer a la mayoría de adultos que habitan el pueblo y agradecía que cada uno de ellos fuera amable conmigo, pero ahora, era el turno de conocer a la otra parte de la población y probablemente, la que más nerviosa me ponía.

- ¿Cómo te sientes? - Sophia pregunta

- Como la mierda - admito y ella ríe - Me siento como un jodido marciano al que todos observaran

- No son tan malos - vuelve a soltar una risita - Lo bueno en esto es que compartirás clase con nosotros, así que no estarás sola. Ahora que lleguemos, tenemos que ir hasta la dirección para ver las listas y ver con quienes nos ha tocado - indica

WHAT A TIME | H.S. (1)Where stories live. Discover now