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¡ CHANGES ! chapter eighteen
-Eso es genial- expresó su felicidad Bill al escuchar que su amiga va a hacer su primer concierto- cuando estes ahí arriba te van a entrar ganas de llorar por ver a toda la gente gritando y saltando por verte, es increíble- le dijo en su oído por el ruido del club.
-Eso espero, estoy muy emocionada- soltó una risita. Estaba ya un poco pasada de copas, el color rosado de sus mejillas la delataban.
-Nosotros tenemos dentro de poco el prime concierto aquí en L.A. y, por supuesto, estas invitada-la morena se emocionó mucho más al escuchar eso.
-¡Los vais a hacer genial!- el pelinegro le dio una sonrisa.
-¡Jenny ven!- escuchó a Lucy en la pista bailando.
-Me llaman, luego hablamos- dicho eso se levanto del sofá y se fue a bailar con su amiga.
~Reproducir la canción~
Jenny no pudo evitar poner los ojos sobre el guitarrista mientras entraba a la pista. Este le dio una sonrisa que fue devuelta por la cantante.
Trataron de no perder el contacto visual en ningún momento por muy difícil que fuera.
Jennifer empezó a mover su cuerpo lentamente manteniendo su mirada sobre aquellos ojos marrones que la miraban con lujuria y deseo.
Una sonrisa satisfecha se formó en la cara de la chica al ver que el guitarrista no la quitaba a ojo.
De un momento a otro el chico de rasta se fue acercando a ella; cuando estuvieron a la suficiente distancia, la morena poso sus brazos sobre los hombros de este y las manos del chico pararon en la cintura de la cantante siguiendo los ligeros tambaleos de su cuerpo.
La acercó más para juntar sus frente.
El olor a colonia y tabaco se hizo presente para Jenny. Amaba en característico olor del chico.
El contando visual nunca se corto, ambos estaban perdidos en los ojos del otro.
Ooh baby, ooh baby. I'm in love.
La tensión y el deseo crecían cada vez que sus respiraciones chocaban.
Los dedos del guitarrista acariciaban la pequeña cintura de Jennifer haciendo que esta se estremeciera al tal contacto.
-Te necesito- susurró con una profunda voz. Ella soltó una pequeña risa penado que era broma lo que había dicho pero, al ver la oscuridad de sus ojos y el notable deseo se dio cuenta que iba enserio.
