¡ 𝟑𝟓 !

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¡ CHANGES !chapter thirty five

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¡ CHANGES !
chapter thirty five








Los rayos del sol, que atravesaban los grandes ventanales del salón, interrumpieron el profundo sueño de la cantante, quien pesadamente froto sus ojos. Se removió un tanto por el sofá, pero al notar la presencia de alguien más en el se incorporó asustada. Sus ojos se abrieron de golpe mirando al lado suyo. El guitarrista estaba plácidamente durmiendo con un brazo sobre la cintura de la chica.

Jenny alertada, trató de quitar el brazo del chico de su cuerpo, pero este, cada vez más hacia de su agarre más fuerte; tras intentarlo varias veces, se rindió soltando un grave suspiro.

Se mantuvo durante un largo tiempo, observando el rostro del muchacho. La paz que transmitía a través de sus facciones faciales, hacía que su cuerpo se relajara. De vez en cuando, fruncía el ceño o emitía algún gruñido, como si estuviera apunto de despertarse.

La cantante aparto la vista rápidamente al ver como los ojos del guitarrista se abrían lentamente. El chico de trenzas, al ver en la posición en la que estaban y donde se encontraba salto asustado, haciéndose así hacia atrás, consiguiendo que se diera un golpe en la cabeza contra la mesa de cristal del salón.

-¿Eres gilipollas?- preguntó la rubia al escuchar el golpe.

Esté no respondió, solamente poso una mano sobre su cabeza y se quejó por el punzante dolor.

La rubia se sentó e inclino un poco su cuerpo hacia delante para tratar de ver la herida del chico, el cual mantenía los ojos cerrados fuertemente, tratando de soportar el horrible dolor. En cuanto ella, puso su mano sobre la del chico para tratar de quitársela, el cuerpo de ambos se alteró por el contacto físico. Así mismo, el guitarrista abrió lentamente los ojos para observar el rostro de la chica que tenía una expresión de fastidio.

-Mierda- maldijo -tienes un poco de sangre-informó al chico.

-¿Sangre? ¿como que sangre?- expresó algo asustado. Al ver su mano con ciertas gotas rojas su temor aumentó.

-No es nada, solo necesito buscar el botiquín- dicho eso se levantó del asiento y fue a la cocina donde dejo aquella misma noche el botiquín cuando busco las pastillas.

El chico de trenzas le siguió con la mirada todavía confundido por el hecho de haber amanecido a su lado, abrazado a ella. No recordaba absolutamente nada de la noche anterior. No entendía el porqué de Jennifer en su casa.

-Será mejor que vayamos al baño, así podré curarte mejor la herida-dijo con una voz seca y fría. En su rostro no había en absoluto ninguna expresión.

𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄𝐒 ; Tom KaulitzWhere stories live. Discover now