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¡ CHANGES ! chapter twenty five
- Nada, sigue sin responder- desanimado tiró el teléfono al sofá.
El pelinegro había tratado de contactarse con Jennifer desde lo sucedido con su hermano, pero esta no contestaba ni las llamadas ni mensajes.
- Bill, deja de insistir- dijo George- necesita su espacio- él era el que mejor entendía la situación de la cantante y sabía que no era un buen momento para la insistencia de Bill.
El chico suspiró desesperadamente dejándose caer en el sillón; justo esa noche era el estreno de su nuevo álbum y, quería que su amiga estuviera presente junto a ellos, pero lo veía muy difícil a esas alturas.
-¿Porque esa cara de angustia hermanito?- preguntó el guitarrista cuando entro a la habitación donde se encontraban los dos chicos.
Bill se molesto por la actitud pasota que tenia los últimos días su hermano, estaba muy insoportable y arrogante, más de lo normal.
Estuvo a punto de responder cuando recibió una llamada de su amiga.
-¿Jenny?- preguntó haciendo que el cuerpo del chico de trenzas se tensara y recibiera un escalofrío por toda su columna.
-Hola Bill- saludo.
-Dios, pensaba que nunca me ibas a responder- se escuchó una leve risa al otro lado de la línea.
-Lo siento mucho, de verdad- hubo una pausa- pero estos días no he utilizado mucho el móvil.
-Tranquila, te entiendo- miro de reojo a su hermano que estaba sentado el el reposabrazos del sofá intentando escuchar algo.
-Bueno. ¿por qué tanta insistencia con tu llamadas?
-Primero, porque estaba preocupado y, segundo, porque quería saber si vendrás esta noche al estreno del álbum- el silencio se hizo presente. Sabía perfectamente que estaba metiendo así amiga en una situación comprometida, pero necesitaba que estuviera ahi apoyandolos.
-Bill, cielo- volvió a hablar la morena- no creo que se buena idea que me presentará esta noche, todo sería muy incomodo, ya sabes...
-Lo sé Jennifer, pero de veras que quiero que estés con nosotros- suplico.
- Y yo también quiero estar esta noche allí, pero no es buena idea- en su voz se notaba la incomodidad y los nervios que sentía.
-Oh, vale, no te preocupes.
-Mañana te invitó a desayunar para compensar el no ir hoy- propuso; no le gustaba hacer sentir mal a la gente, lo odiaba.
-Me parece perfecto-una sonrisa amplia se formó en el rostro del chico- nos vemos mañana mi chica, que descanses.
