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¡ CHANGES ! chapter thirty nine
Había pasado un mes desde que la banda Tokio Hotel comenzó con su gira mundial.
La cantante cuando conseguía escapar durante un rato de sus tareas llamaba a los chicos para preguntarles cómo les iba el día. Le agradaba mucho escuchar los felices y contentos que se encontraban con el progreso de sus conciertos; la contaban anécdotas graciosas que tenían con sus fanáticas, que hacían reír fuertemente a la rubia.
Normalmente solía llamar a Bill cuando conseguía esos ratos de descanso y así por la noche antes de dormir hablar con mucha más tranquilidad con Tom. Este tenía mucho más interés en saber que tal iban las cosas para ella. Quería asegurarse que estaba bien y que no la estaba pasando nada malo. Ambos se extrañaba un montón, más de lo que pensaban.
-Que tengas buena noche- despidió Richards a la chica con un beso en la frente.
-Igualmente, nos vemos mañana- dijo mientras terminaba de recoger unos papeles. El edificio estaba completamente vacio, no habia ni una sola persona, todo el mundo se había ido a descansar después de un largo día.
Jennifer una vez terminó de recoger sus cosas, salió del lugar echando llave. Subió a su coche y tomó rumbo a su apartamento. En en trayecto recibió una notificación haciendo que la pantalla de su teléfono móvil se encendiera, su mirada rápidamente se dirigió hacia ese dejando escapar una pequeña sonrisa. El nombre de Tom se divisó a través de él.
"Hola nena, me acabo de levantar, escribeme si sigues despierta para poder llamarte"
Le encantaba que a pesar de las diferencias de horas que tenían, ya que, él estaba cada día por diferentes partes del mundo, él la escribiera aunque tenga que quedarse despierto hasta tarde, al igual que ella. Con una cara de felicidad respondió a su mensaje cuando llegó a un semáforo en rojo.
"Hola cielo, estoy yendo ahora mismo a casa, te llamaré dentro de un rato, Te quiero"
Dejo el movil otra vez en el asiento del copiloto y aceleró para llegar rápidamente a su hogar, Estaba muy cansada pero muy ansiosa de hablar con su chico. No había tenido un buen día, de hecho, fue muy agobiante, tantos proyectos la sofocaban; por eso mismo hablar durante un largo tiempo con el guitarrista la ayudaría a olvidar tan mal día.
Aparco su coche en el parking del edificio y espero al ascensor. Una vez llegó a la puerta de su casa se quitó los zapatos, dejando así escapar un suspiro de placer al sentir sus pies sin la presión de los tacones. Abrió la puerta y no dudo ni un momento en tomar una ducha caliente pero rápida. Al salir solamente dejó caer sobre su cuerpo una camiseta gigante blanca con un diseño negro, la cual pertenecía a Tom, quien se le había dejado en su apartamento dias antes de viajar.
