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-Como legumbres se te ocurre darle café!?, ya no podrá dormir!-Pregunto Remus a Sirius, mientras miraba a Casiopea, que estaba saltando la soga.

-Puedo dormí con ustedes?-Pregunto Casiopea, dejando la soga de saltar.

-Claro-Dijo un cansado Remus.

Ya en la habitación Remus estaba del lado derecho, Sirius del izquierdo y Casiopea entremedio.

Estaban tranquilos, Remus estaba por dormirse cuando Casiopea hablo.

-¿Por qué a veces vemos la Luna cuando es de día?

-La Luna sólo se encuentra en posición totalmente opuesta al Sol durante la luna llena: en el momento máximo de esta fase, resulta imposible ver la estrella y el satélite a la vez en el cielo.
Durante el resto del mes, en teoría se podría ver la Luna de día, ya que es lo suficientemente brillante como para verse en el cielo azul. De hecho y con un telescopio apuntando al lugar correcto, también podríamos ver Mercurio, Venus y Jupiter, además de las estrellas más brillantes.

-Remus era el mejor en astronomía- explico Sirius.

-Y ¿Por qué el cielo es negro de noche?

-Aunque parece una pregunta bastante obvia, no lo es tanto si tenemos presente la paradoja de Olbers, formulada por el físico alemán Heinrich Wilhelm Olbers en 1823: en un universo estático e infinito, el cielo nocturno debería ser totalmente brillante sin regiones oscuras o desprovistas de luz, ya que habría una estrella en cada dirección en la que miráramos.-Respondio Remus con voz cansada.

-Repito, el mejor-Repitio Sirius sonriendo.

-Por qué el cielo es azul?-Dijo Casiopea con voz más cansada.

-El color del cielo se debe a la dispersión de Rayleigh, tal y como se puede leer en Why Don't Penguins' Feet Freeze? ("¿Por qué no se congelan las patas de los pingüinos?"), de Mick O'Hare. La luz que llega del sol entra en la atmósfera y se dispersa en todas las direcciones. La luz azul tiene una longitud de onda más corta, por lo que se dispersa más que las luces rojas y amarillas, dándonos la impresión de que ocupa todo el cielo.-Dijo Remus con la voz un poco más activa, ya estába perdiendo el sueño.

-No entendí pero igual gracias, hasta mañana, los quiero.-Dijo Casiopea besando las mejillas de ambos y acurrucando se en las sábanas.

Al instante en el que se acurruco entre las sábanas Casiopea cayó dormida. Remus y Sirius la miraban enternecidos, habían pasado menos de dos días con ella y ya le tenían un gran amor a la pequeña.

Always WolfstarWhere stories live. Discover now