Casada Con Demonios! - (Hantengu, Karaku, Urogi, Sekido, Aizetsu) x Lectora

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El día que fue el momento de dar a luz al bebé de Sekido, fue algo distinto a los demás.

Sekido estuvo ayudandote en los anteriores partos, incluso en uno te ayudó Zohakuten, pero en este día te va a ayudar a dar a luz un hijo que es suyo.

Lo llegaste a notar nervioso, algo que nunca habías visto en él. 

Acariciaste su rostro y le sonreiste.

-"Hey... No estas emocionado?" Le susurraste

-"...Estoy... ansioso..." murmuró sujetando tus manos

-"Lo vas a hacer genial~ como los demás... te lo aseguro"

Besaste sus labios para que se relaje, mientras te recostaste acariciando tu vientre.

Los dolores que sentías no eran nada comparados a los que ya habías sufrido con los anteriores niños y eso te sorprendía, realmente pensabas que el hijo de Sekido sería el más difícil.

Cuando el pequeño estuvo en brazos de su padre, pudiste escuchar un fuerte y firme llanto de su parte.

Soltaste una risilla al ver como Sekido se acercó para extenderte el niño una vez que él lo lavó, y pudiste notar su ceño fruncido, sus colmillos sobresalientes que se notaban mientras lloraba, sus pequeñas orejas puntiagudas y habían unos cuernos creciendo en su frente.

-"Mi pequeño Ikari~" sonreiste pasando tu dedo por su mejilla, el pequeño poco a poco calmandose al sentir tu tacto

-"Parece algo natural que te amen al conocerte..." murmuró observandote "Amor..."

-"Si cariño?" Reiste leve

-"No, no lo digo como un apodo- yo..." suspiró recostandose sobre tu vientre "Ni como humano sentimos ese sentimiento... no es parte de nosotros..."

-"Mm~ quizás era yo quien les faltaba~" acariciaste su cabello "Los amo... a cada uno de ustedes... y a cada niño que me han dado, y eso nunca cambiará, por nada en el mundo~ al menos no mi amor"

-"A qué te refieres con eso?! Qué insinuas!" Alzó su cabeza mirándote fijamente mostrando los dientes

-"Bueno... Yo cambiaré" sonreiste "Me volveré mayor... Me saldrán arrugas, mi cabello se teñirá de gris, mi memoria se deteriorá, y ya no seré la misma jovencita que amaron" lo mimaste "Pero estoy segura, de que mis sentimientos serán iguales"

Sekido se quedó helado al oirte decir aquello, por la rapidez del crecimiento de sus hijos, y las cosas que pasaban tan rápido, habían olvidado completamente tu mortalidad.

Iba a decir algo pero se quedó en silencio, volviendo a recostarse en tu vientre y abrazandote con firmeza.

-"Te seguiremos amando de todas formas" susurró mientras sentía como acariciabas su cabello

-"Me alegra mucho oír eso..." sonreiste "Hey~ no dejemos esperando mucho más a los demas~ sobre todo a los niños, dejemos que conozcan a su hermanito menor"

Dicho esto, Sekido no tardó mucho más en abrir la puerta dejando pasar a los menores, quienes enseguida quedaron encantados con el pequeño.

Los demonios mayores, más que nada el par de ojos verdes y amarillos, reían un poco mientras hacían algunas bromas y burlas al nuevo padre.

Mientras que Sekido te veía con cierta preocupación.

Podría... convertirla en demonio?

Era la preguntaba que había quedado rondando en su cabeza, lo cual no pudo decirte.