Casada Con Demonios! - (Hantengu, Karaku, Urogi, Sekido, Aizetsu) x Lectora

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-"Hagamos un trato" Sekido empezó a decirle a Ikari, ambos sentados en el suelo mirándose fijamente

-"Mm" el bebé murmuró mirándolo con el ceño fruncido

Estabas escondida detrás de la puerta observando lo que iban a hacer.

-"Ambos amamos a tu madre, si?"

-"Mm!" Ikari asintió

-"Y no la queremos ver mal, verdad?"

El bebé negó con su cabeza repetidas veces.

Solo pudiste aguantar la risa y cubrir tu boca para no hacer ruido mientras los seguías escuchando.

-"Entonces no vamos a hacer que se enfade... Prefiero cuando sonrie y está tranquila..." murmuró cargandolo en sus brazos "No te voy a odiar nunca, mi enojo me puede consumir pero no te odiaré, tú puedes hacerlo, pero llevemos bien frente a tu madre al menos"

Ikari lo observó ya suavizando su rostro y se acurrucó en su pecho, aferrandose a sus prendas.

-"...Si... eso es bueno" murmuró escapandosele una pequeña sonrisa mientras palmeaba la espalda del niño quien eventualmente se quedó dormido en sus brazos

Sekido se quedó sentado en su lugar abrazando al bebé quien dormía plácidamente con él.

Decidiste acercarte con cuidado, sorprendiendo un poco al demonio al verte llegar al cuarto.

-"Hay que ir a recostarlo a su cuna" susurraste en una sonrisa y extendiendo tus brazos

-"Yo lo llevaré" indicó enseguida y asentiste para permitirle que lo lleve

Estabas tan alegre de que haya dado tal progreso con el pequeño.

Bostezaste levemente ya que era momento de que tú también vayas a tu cuarto y descanses.

Fuiste como todas las noches, te cambiaste y te recostaste en tu cama.

Miraste a tu alrededor, nadie a la vista, te arropaste suspirando para empezar a mirar el techo.

-"(T/n)" oiste la voz de Zohakuten del otro lado de la puerta

-"Puedes pasar~" dijiste suave sonriendo

Observaste al demonio entrar y acercarse a ti, arrodillandose a tu lado.

-"Necesitas algo?" Preguntaste algo curiosa por su repentina visita

-"Realmente vas a morir?"

Te quedaste un segundo en silencio antes de responder a su pregunta.

-"Creo que... todos en mi familia murieron en algún momento" sonreiste levemente "Ninguno ha vivido eternamente a no ser que fuera hijo de un híbrido y un demonio puro... y... eventualmente los cazadores los mataban ya que... no eran personas que necesitaban o querían comer humanos pero aún así los trataron de demonios" te sentaste un momento "No te preocupes por los niños, ellos son inmortales" asentiste "Y son fuertes... tienen padres fuertes, van a sobrevivir, estoy segura de ello y saberlo me hace estar tranquila, sabiendo que ya cumplí con una parte... de darles unos cuerpos sanos y fuertes para que puedan seguir en este mundo... incluso cuando yo no lo esté más"

-"...Eres hija de un híbrido y una humana... no es así?..." murmuró observandote y tomando tus manos

-"Soy mucho más humana que demonio... lamento decepcionarte" reiste leve "Solo cuento con mi técnica de sangre"

-"No hay forma alguna de que podamos tenerte con nosotros?"

-"No voy a volverme un demonio" dijiste firme "Menos por el padre de todos los demonios... no lo haré" negaste "Ese hombre es una abominación"

Zohakuten se sorprendió al oirte decir aquello.

Lo... Conoce?...

-"Por supuesto que lo conozco!" Dijiste firme al notar su mirada y ya sabías que cosa tenía en mente "Ese hombre! Por ese hombre mi familia ha sufrido tanto-! Él-! Él fue el que nos dio está maldición... Aunque... en mi caso fue una bendición pero... toda mi familia ha sufrido mucho por ello..." apoyaste tu cabeza en su hombro "En un ataque de desesperación ese hombre... se... él estuvo con una mujer de mi familia en aquella época... y de eso nació un niño sin padre... así comenzó todo..."

Estaba sumamente sorprendido por tus declaraciones, sin saber que decir simplemente te rodeó con sus brazos suspirando.

-"No te gusta dormir sola, verdad?" Murmuró cambiando de tema

-"No... pero ustedes no duermen así que..."

-"No importa, a partir de hoy todas las noches te acompañaremos en tu descanso, así no te sentirás sola" dijo firme abrazandote "Hoy empezaré yo"

-"Gracias..." sonreiste abrazandolo firmemente feliz de tenerlo a tu lado

Para ti, la maldición de la familia realmente fue una bendición.