Capítulo 4: Jueces, jurado y verdugos.

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Repentinamente, la alarma del celular de Mina comenzó a sonar. La joven consolidó su boca en un largo suspiro, aunque con un torniquete de nerviosismo, que limitó su aliento.

Rhea no estaba en la habitación. Mina se levantó de la cama y se duchó rápidamente. En cuestión de media hora, debía presentarse en la.parada del trolebús para trasladarse al coliseo, en dónde se celebraría su primer evento de SmackDown. Aunque no había una aparición planificada, Mina estaba lista para hacer notas físicas y mentales de todo los acontecimientos. Triple H y el equipo creativo le ayudaría a sentar las bases para su integración en The Judgement Day.

No sabía que planes tenían para ella está noche. Era emocionante. Su inmensa incertidumbre era abrazada.

Mina se preparó, vistiendo una chaqueta su chaqueta de cuero preferida; su chaqueta de la suerte. Al verse al espejo, se pudo encontrar. Su fe fue restaurada y dejó en ella un pensamiento sereno.

Su camino era la cumbre.

Mina observó su reloj. Ya casi era momento de bajar al lobby del hotel. La joven salió de la habitación de hotel y aseguro la puerta a sus espaldas. Al salir, tomó el elevador. Este hizo algunas paradas para recoger huéspedes, hasta que finalmente llegó al lobby.

Mina caminó a pasos acelerados, pues podía ver el trolebús a través de los enormes cristales del hotel. Habían superestrellas que comenzaban a subir. La chica respiró profundo y caminó hacia el exterior con prisa.

Subió unos tres escalones hasta entrar finalmente al interior del vehículo. Repentinamente, reconoció algunos rostros familiares. Algunos luchadores mid-card, quienes comenzaban a tomar asiento.

Estas superestrellas representaban el estado de no ser necesariamente el evento principal, pero fortalecían la tarjeta de combate en el medio, dando a los fanáticos más por su dinero. Eran caracterizados por ser grandes trabajadores y por su capaz de llevar a cabo grandes luchas o encuentros.

En el fondo, Mina pudo visualizar un rostro conocido. Otis, quien se ubicó al final del bus.

Al percatarse de su llegada, Otis hizo señas a Mina, para que tomara asiento junto a ellos. Mina ni siquiera lo dudó.

—Hola...—Saludó Mina, mientras tomaba uno de los asientos cercanos a Otis.

—¿Pudiste descansar un poco, Mina?—Otis preguntó, mientras de volteaba para verla.

—Un par de horas fueron suficientes para mí.—Mina respondió de forma jocosa, mientras se acercaba hacia Otis.

Mientras Mina recostaba su espalda sobre el asiento, junto a la ventana, alguien aceleró sus pasos para tomar el espacio junto a ella en el autobús. Chad hundió el asiento completamente, mientras se acercaba de forma juguetona a la joven.

—¿Lista para la acción, Mina?—Chad preguntó alegremente.

Mina asintió con una sonrisa resplandeciente.

—Siempre.—Afirmó Mina, mientras reía entre dientes.

De un momento a otro, el autobús comenzó a llenarse. Casi todas las superestrellas que se estaban hospedando en el hotel habían abordado el autobús. Había ciertas excepciones. Los miembros de The Judgement Day, en particular, no habían arribado a tiempo. Mina asumió que eran del tipo que costeaba su propio transporte. Tenían los medios para tomar tales decisiones despreocupadas.

El tiempo de llegada a los eventos era un factor atenuante en la preparación. Cada superestrella debia ser puntual en su trabajo. Siempre había uno que otro detalle que la administración añadía o modificada en últimas instancias. Por tal razón, la llegada temprana, a pesar de ser un plus (o compulsoria en ciertos casos) podría aumentar la eficiencia y eficacia en las presentaciones de cada luchador.

The Juror.©Where stories live. Discover now