Capítulo 12: "La Galleta de la Fortuna"

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La primera semana de trabajo había concluido de forma satisfactoria. El roster de la marca azul había regresado a Orlando, Florida, la sede principal del centro de prácticas y formación. Florida era reconocido por ser el Estado más habitado por superestrellas de la compañía.

Mina no era la excepción. Su pequeño departamento quedaba ubicado en el área de Winter Park, una zona tranquila para los ciudadanos. A pesar de que muchos luchadores vivían en Florida, siempre había sus excepciones.

Algunos aprovechaban los días libres en agenda para visitar a sus familias en otros Estados o lugares a nivel global.

Entre sus compañeros, solo Rhea y Finn se hospedaban en Florida. La residencia de Damian se ubicaba en La Gran Manzana, Nueva York. Por otro lado, Dominik residía en California junto con sus padres.

Mina aprovecharía sus días libres para comunicarse con su madre, quien vivía al otro lado del mundo.

Tenía muchas cosas que contarle; cosas increíbles que habían sucedido desde su debut. Su señora madre era excelente oyente. No se habia perdido por nada del mundo el tan esperado debut de su hija en las grandes ligas.

Se tomó el tiempo para aconsejarle en todo lo que pudiese, pues quería que Mina siguiera trabajando duro para el universo de WWE, el fuerte de cada luchador.

Cómo era de esperarse, Mina optó por visitar el Performance Center. Ansiaba encontrarse con sus viejos compañeros y su entrenador. De igual forma, también tenía programada una sesión de entrenamiento, para no perder la costumbre. Debía mantenerse en una condición física apta para poder llevar a cabo luchas.

Por el momento y según indicado por Hunter, Mina estaría ejerciendo la función de vocal en el equipo. Sin embargo, en cualquier momento la administración podía darle la autorización para luchar. Debía estar preparada para ello, pues cuidarse a sí misma significaba respetar el deporte y consecuentemente a su contrincante en un cuadrilátero.

Mina condujo hasta el Performance Center . El centro estaba muy concurrido. La chica no dudó en pasar por el área del estudiantado en formación, para observar la preparación de nuevos prospectos. Todos y cada uno de ellos dejaban toda su energía.

—Pensé que ya no te acordabas de los pobres.—Mina escuchó una voz familiar a sus espaldas.

La joven superestrella volteó rápidamente. Reconocería esa voz en cualquier parte.

—¡Coach!—Exclamó Mina, mientras extendía sus brazos hacia TJ Wilson.

TJ saludó a su alumna con gran aprecio, brindándole un cálido abrazo.

—Mina, es bueno verte de regreso por aquí. Digo, es algo típico entre nosotros entrenar en el centro, pero muchas superestrellas suelen acudir directamente a su área de práctica, en lugar de «estacionarse» por estos rincones.—TJ admiró la humildad de la chica, quien siempre estaba dispuesta a aprender.

Mina se consideraba una eterna estudiante. Jamás le daría su espalda a las personas que la vieron crecer en la profesión luchística. Siempre estaba en constante aprendizaje y crecimiento.

—Este lugar es como mi segunda casa, entrenador.—Mina exclamó, admirando la cepa de nuevos estudiantes en pleno entrenamiento intensivo.—Durante mis días como aprendiz, incluso ahora que me encuentro en el roster principal, siempre aprendo algo nuevo. Qué mejor que ver a estos chicos y chicas increíbles dándolo todo...—Mina posó su atención en los estudiantes de TJ.

TJ se sentía muy agradecido por tener a una alumna como Mina. Era una de las pocas superestrellas que aún conservaba humildad en el proceso de ascenso. Siempre había tenido en cuenta sus enseñanzas durante su estancia en el Performance Center, sobretodo aquellas de carácter ético.

The Juror.©Where stories live. Discover now