The Juror.©

Capitulo 18: Caos, ira y llanto.

La noche era joven. El evento más esperado en Londres generó grandiosos resultados para Damian Priest, quien se había convertido en el “Señor” Money In The Bank.

La estadía en la capital de Inglaterra había sido fantástica. Esta victoria importante en la carrera de Damian había sido un motivo para olvidarse de cualquier pena, y celebrar toda la noche.

Después de haber terminado el gran espectáculo, Dominik y Rhea tuvieron la "grandiosa idea" de ir a consumir alcohol a un bar en el centro de la capital. Ambos extendieron la invitación al resto del equipo. Mina optó por acompañarlos. Pensó que quizás sería buena idea distraerse un poco para evitar caer en las riendas del Síndrome de Burnout.

El consumo de bebidas alcohólicas jamás le había caído bien a Mina. Aún así, esperaba buscar otra forma de pasar a gusto la noche, escuchando música tal vez.

Mina se puso su tan acostumbrada "chaqueta de la suerte". Tenía su propio estilo para vestir. Antes de salir del baño de su habitación, se miró por última vez. Sentía nervios y pavor que le provocaban el vómito.

Era algo cursi la sensación.

Damian era la razón.

Mina salió de la habitación, alcanzando a Rhea, quien con no dejaba de apresurarla.

—Demonios, pensé que el retrete te había tragado.—Rhea se quejó, mientras guardaba un poco de dinero en su billetera de bolsillo.

Mina ignoró sus protestas y salió junto a ella de la habitación, alcanzando a los chicos.

—Qué comience la maldita fiesta.—Dominik murmuró, observando de forma coqueta a las chicas.

Finn rodó los ojos, mientras se cruzaba de brazos.

—Solo espero que no te bebas las lágrimas como la última vez.—Finn murmuró, desconfiando totalmente de la capacidad de autocontrol de Dominik.

—No exageres no fue para tanto.—Dominik respondió mientras chasqueaba la lengua con fastidio.

Las tensiones en ese aspecto se podían sentir. Para Mina, era bastante jocoso. Probablemente, Finn era el paño de lágrimas de Dominik cuando de borracheras se trataba.

Damian tomó cercanía a Mina, mientras el resto se adelantaba al elevador.

—¿Lista para divertirte?—Damian preguntó por lo bajo, esperando que Mina se sintiera cómoda.

Mina resopló, intentando controlar su nerviosismo.

—Eso creo.—Mina levantó sus cejas, mientras jugaba con sus expresiones faciales de forma irónica.

Mina no estaba tan segura de tomar riesgos en una ciudad desconocida. Aún así, se dejó llevar por la experiencia de sus compañeros más veteranos.

Damian sonrió, al verla un poco tensa. Estaba asustada por la idea de alejarse del hospedaje. Era entendible para él. No estaba acostumbrada a salir en ciudades desconocidas y trataba de seguir al pie de la letra las reglas impuestas por la compañía.

—Mina, tienes que relajarte.—Damian acarició levemente la espalda de Mina.—Esta salida te ayudará a despejar un poco la mente.—Damian aseguró, haciendo contacto visual con su compañera.

Mina se sobresaltó un poco al sentir su tacto amigable.

—Solo espero que no me dejen sola...—Mina expresó, de forma divertida.

—¡Jamás!—Damian respondió, mientras le daba paso a Mina para que subiera al elevador.—No te dejaré sola. Lo prometo.—Murmuró Damian al oído de Mina, mientras le daba una palmada en la espalda.