TOMO 2 - CAP1

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Se despertó con el sonido de la lluvia cayendo fuera de su ventana. El verano todavía estaba en pleno apogeo, pero ahora llovía como si estuvieran en un huracán. Hacía mucho, mucho frío... Como un bebé, abrió los ojos lentamente y extendió las manos lejos de su manta. Lo malo de despertar de esta manera era que sentía la espalda muy rígida y el cuerpo pesado, como si tuviera encima una roca. Tocó el celular con la punta de los dedos y se quedó en una cómoda posición boca abajo. Era imposible salir, así que ni siquiera era como si pudiera usar su celular por diversión. Pero Naito, que parecía estar luchando contra su propio cuerpo, hizo clic y comprobó la fecha y la hora. Hoy era domingo y se trataba del único día en que le permitían salir, sería un desperdicio si se levantara tan tarde.

 Naito se sentía enfermo. Cuando miró su cuerpo, estaba lleno de rastros de su padre. No tenía semen o sudor, así que supuso que al menos lo había lavado bastante a fondo... 

Al comenzar esta relación no deseada con su padre, nunca imaginó que su comportamiento fuera tan ordenado y limpio, así que, cuando lo tenía a su lado en la habitación, justo después de tener sexo, todavía se sorprendía de que no se comportara como un proxeneta, sino que lo hacía con la moderación de una familia noble. Últimamente, no se rebelaba o peleaba, así que la cama era agradable y la limpieza bastante detallada. Las muñecas que su padre solía sujetar o atar habían estado libre desde hace semanas, así que las huellas se estaban desvaneciendo. A veces, cuando sé acostaba y miraba a su padre sin pensar, él comenzaba a reír como si estuviera demasiado feliz con eso. Era difícil de ver cada vez, así que cubría el rostro de su padre por completo para qué sé callará. Luego, papá besaba su palma diciendo que estaba bien y sus ojos comenzaban a brillar con mucha ternura cuando lo acariciaba. Y últimamente, tenía mucho trabajo. Se acababa uno o dos cigarrillos al día, no bebía alcohol y tampoco se drogaba. Él era del tipo de persona que hacía que las prostitutas se volvieron dependientes de las drogas, así que, era irónico que no lo hiciera consigo mismo. Cuando le preguntó por qué no se drogaba, su padre levantó la cintura de Naito, lo abrazó y dijo. "Odio que me gobiernen." Y comentó que odiaba también la sensación de tener la cabeza bloqueada.

Naito, creyendo en su padre, se despertó. No era el momento de hacer esto. Caminó lentamente hacia el armario, llevando consigo una camiseta blanca de manga corta ajustada, un cárdigan y jeans claros. Mirándose en el espejo de cuerpo entero una o dos veces más, se limpió el cabello desordenado y después de ponerse el reloj, salió casi arrastrando los pies. Pero mientras bajaba por las escaleras, se dio cuenta de que Contor ya estaba esperando. ¡Incluso estaba allí el chófer! Y cuando vieron a Naito, lo saludaron directamente y gritaron:

 "¡Venga aquí, maestro!" 

"Salgo una vez a la semana, ¿Cómo creen que me hace sentir que me sigan?" 

Acomodando mejor su traje, Contor miró a Naito con ojos sombríos: "Aun así, tienes que venir con nosotros. El presidente lo ordenó". 

"... De acuerdo." 

Pero Naito comenzó a llamar a su padre a su teléfono celular en lugar de seguirlo a él. Hoy, papá tenía una reunión con un par de nobles adinerados en la finca del conde Peperon, donde tendrían también un increíble concurso de caza. Seguramente Elsie estaba ansioso por pasar un buen rato con sus amigos y olvidarse de las cosas en su casa, pero a Naito no le importó en absoluto y pegó todavía más el teléfono a su oreja. Convencido de que al tratarse de él, definitivamente iba a contestar. 

El sonido de la conexión se detuvo poco después. Escuchó su voz:

 [¿Qué?]

 Inmediatamente, mostró su verdadera naturaleza al ofrecerle un saludo descuidado.

Una noche solo para dosWhere stories live. Discover now