NOTAS INDECENTES | SAHYO

Capítulo 9

-Entonces ¿Ahora qué? ¿Hacemos algo como juego de miedo y abrimos sus ojos a la fuerza mientras la atamos a una silla para que mire algo perturbador? -preguntó Momo entrando detrás de todas las chicas a la casa de Sana.

- No, no haremos eso. -Tzuyu la miró como si la que estaba detrás suyo estuviera loca. - Y además, ¿Me puedes responder porque nos seguiste hasta aquí?

-Relajate un poco monito con maquillaje. -con aquello logró extraer un gran gruñido de la boca de la mayor- Ya me involucré lo suficiente en esto como para que ahora este exenta de estas reuniones.

-Es cierto, y de todas formas, yo le dije que viniera. -defendió Mina.

Momo tan sólo cruzó sus brazos mirando con victoria a Tzuyu. Esta última se preguntaba por cuanto tiempo más la soportaría antes de matarla.

-Como sea, ¿Podemos continuar?- todas asintieron a la pregunta de Jeongyeon- Yo tengo una idea para comenzar, Sa, saca un libro de tu mochila.

-¿Y eso en que ayudará?- la castaña expuso su duda.

-Sólo hazlo.

La menor de las dos levanto los hombros aceptando la extrañeza de la situación y sacó el bolso de sus hombros.
No sabía porque un libro resolvería esto pero nunca se sabría con que locas ideas saldría Jeongyeon.

-¡Mierda! Dejó otra nota aquí dentro. -respiró ondo buscando paz en su interior.

Más allá del hecho de la nota todas miraron a la castaña con los ojos muy abiertos.

-Acaso tu ¿Acabas de insultar? -preguntó Tzuyu- ¿Es así como se siente una madre orgullosa?

-Oh, es cierto. -cubrió su boca con una mano. -Supongo que escuche esa palabra demasiadas veces ayer.

-¿Deberíamos preocuparnos? -pregunto la Japonesa.

-Para nada Momoring, insultar es parte de crecer. - La Taiwanesa abrazó a su amiga pasando su brazo por detrás de los hombros de esta.- Vamos, dime todo lo que aprendiste.

-Para nada. - Yoo salió al rescate de su amiga.- Utiliza tu boca para otras cosas en las que seguramente tienes experiencia en vez de incentivarla en ir por el mal camino.

-Para tu información mi boca es completamente virgen.

-Si claro, quién sabe cuántas cosas debes saber hacer con ella.

La menor se acercó con furia, se acercó a tal punto que sus cuerpos chocaban y sus miradas contenían irá pura.