Capítulo 23

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Lunes por la mañana y Jihyo estaba considerando saltar de un avión, no específicamente por el día o el horario, sino por obvias razones.

De hecho, antes de abrir los ojos, cuando recién comenzaba a recobrar la consciencia; lo primero que llegó a su mente fue Sana. Al instante sonrio, como no hacerlo; y sin siquiera pasar un segundo recordó todo, por lo tanto, su sonrisa se había borrado.

¿Iba a tener que acostumbrarse al sentimiento de culpa constante?

Había despertado antes de lo normal para ir hasta su casa y preparse como siempre.

-Mamá, hay que hablar con la maestra de Lía. -inició la conversación con su madre una vez estaba desayunando. -Hay una niña que la molesta y dice cosas que la hacen sentir mal.

-Claro, hablaré con ella cuando la lleve a la escuela. -aseguró la señora. -Me extraña que no me haya dicho nada, ¿Sabes como se llama? ¿Desde cuándo ocurre?

-Que no te extrañe demasiado porque a mi me lo dijo ayer y por lo que tengo entendido sucede hace varias semanas. -informó tomado un sorbo de cafe de su taza -Creó que la niña se llama Yeji pero no se cual es su apellido.

-Tranquila, se lo preguntaré a Lía cuando estemos en el auto. Haré que esta tal Yeji se detenga -se pusó de pie con su taza de café y negando con su cabeza. -Estoy niños de hoy en día que no conocen el respeto y, evidentemente, su padres tampoco porque lo saben inculcarselo.

Lanzaba quejas al aire mientras dejaba la cocina hacia alguna otra parte de la casa.

La alta, con su deber de hermana cumplido, terminó su desayuno y partió a la escuela para comenzar con otro laborioso día donde luchaba contra sus emociones para dejar de sentirse culpable y poder vivir la felicidad que siente con Sana plenamente.

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Sana entró a la institución casi con sus ojos cerrados, en cualquier momento podria quedar dormida a mitad del camino y todo porque la noche anterior no había podido dormir.

No podia dejar de pensar en Jihyo pero, al menos, se sentia muy feliz.Sus ojos debieron abrirse, inevitablemente, cuando chocó con una persona.

Park Jisoo

¿P.J.?

Era la primera vez que la veía luego de la charla con sus amigas hace un par de días.

Flashback

-Park Jisoo y Park Jihyo...

-Creo que es mejor si tachamos a Hyo de la lista...

(...) Jisoo , ella nunca tuvo relación contigo por lo que es difícil comprender porque tendría una razón para llevar acabo el plan de las notas pero es más comprensible que lo haga teniendo un perfil bajo frente a tus ojos, aunque sigue siendo extraño. (...)

Fin del Flashback

-Lo siento mucho. -se disculpó la menor tomandola por los hombros con preocupación temiendo haberle hecho daño. -¿Estás bien?

La mayor estaba tiesa y tan solo podía sentir como una ira desconocida crecía en su interior.

-¿Ya te divertiste lo suficiente? -profirió. Su mordaz tono estaba cargado de furia, cosa que no era para nada característica de la bajita. -¿Este es otro de tus planes?

Jisoo tomó distancia demostrando desconcierto frente a las palabras de Minatozaki.

-No sé de que hablas. -su cabeza acompañaba negando de lado a lado con evidente temor.

-Sabes perfectamente de que hablo. -afirmó acortando las distancias. -Y me das asco, P.J.

Escupió las iniciales de la joven que en ese momento se encontraba realmente atemorizada. Estaba siendo atravesada por la violenta mirada de la castaña.

Sana, estando totalmente fuera de si y cargando con un profundo cólera, utilizó sus conocimientos de defensa y, sin pensarlo, atinó a golpear a la inocente Jisoo bajo su nariz; movimiento en el que falló ya que alguien había intervenido a mitad de la acción.

Ese alguien había sido Jihyo quien, aunque por desgracia no había alcanzado a escuchar su conversación ya que mientras hablaban la alta estaba a una gran distancia, llegó justo a tiempo cuando la mayor intentó cometer una locura.

-¡¿Qué haces?! -gritó la mayor dando golpes y patadas al aire en un intento fallido por zafarse del agarre de Jihyo-¡Déjame golpearla!

-¿Qué te sucede? -ajustó aún más sus brazos al rededor de la cintura de la bajita alejandola todo lo que podía de Jisoo.

-¡Exacto! ¡¿Qué es lo que te sucede?! - Jisoo repitió la última pregunta atemorizada y con sus brazos protegiendo su rostro.

-¡Claro que lo sabes! ¡Tú intentaste hacer de mi vida un infierno! -Minatozaki acompañó la acusacion señalandola con su dedo índice. -¡Ella es P.J.!

Jihyo sintió un golpe en su pecho, no literalmente, sino que era la culpa y realmente hubiera preferido sentir el dolor físico antes que aquel sentimiento.

Ella era responsable de que la bajita estuviera actuando de esa manera. Sana no era agresiva ni violenta, y ahora, la desconcia; eso la hacía totalmente culpable porque sus acciones habían acabado en esas consecuencias.

La menor se acercó hasta el oído de Sana para decirle algo en voz baja.

-Sa, necesito que te controles o te meterás en problemas. -susurró Park logrando al instante que Sana dejara de moverse. Hablar al oído si que era efectivo. -Jisoo, disculpala, ella no es así. Esta pasando por un mal momento y se equivocó de persona.

Las facciones de Jisoo comenzaron a relajarse dejando solo una mirada confundida a una distancia prudencial.

Si bien no conocia la existencia de Sana hasta el momento en que casi la golpeaba, si conocía a Jihyo; no eran amigas pero si compañeras de salón y taller, así que decidió bajar la guardia y creen en la palabra de Park.

-Esta bien. -aceptó finalmente.

-No le digas nada a la directora, por favor. -pidió la alta rogando con ojos de inocencia y preocupación.

-No diré nada, pero solo porque confío en ti Jihyo. Y tú...-miró de arriba a bajo a Sana. -Espero que sea lo que sea por lo que estés pasando se solucione, supongo, así no vas por la vida intentando golpear a las personas.

Dicho aquello, Jisoo se fue de allí a paso rápido, aún asustada y desapareció entre la multitud de estudiantes.

Cuando ambas la perdieron de vista y Jihyo se aseguró que la bajita no saldría corriendo detrás de Jisoo, lentamente comenzó a liberar a la pequeña fiera de entre sus brazos.

-¿Cómo sabes que no es ella? -preguntó la bajita dando media vuelta, aún con su sangre hirviendo, arremetiendo su ira contra Jihyo.

-Primero que nada, Buen día. -dijo para luego plantar un beso en los labios de la bajita. Aquello había servido para disminuir la furia de Minatozaki y una vez completamente relajada, finalizó el beso y volvió a mirarla. -Segundo, no se si Jisoo sea P.J o no, pero si pretendes atacarla, y lo que voy a decir no es una recomendación ni un consejo, hazlo afuera de los parámetros de la escuela. Si la agredes aquí dentro, la consecuencia menos severa será una suspensión de dos semanas; pero si la dejas inconsiente o le rompes la nariz, no solo pueden expulsarte, también podrían haber problemas legales.

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