Capítulo 17

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-¡Tzuyu!, ¡Tzuyu!, ¡Tzuyu! -Jeongyeon llevaba sus puños al aire animando a Tzuyu.

Esta caminaba con Sana en sus brazos en posición matrimonial, cuya acción llevaba a cabo hace varias manzanas cuando, la ahora invalida, había declarado que ya no podía caminar más y que la dejarán morir sola.

Un acto bastante exagerado ya que el problema de Sana era la clase de gimnasia, la bendita clase de gimnasia.

De hecho ya habían pasado tres días desde esa clase y para una persona que nunca se había exigido tanto en hacer ejercicio, ahora el cuerpo le estaba devolviendo aquello, con el único detalle que a medida que pasaban los días, en vez de disminuir el dolor, el de Sana aumentaba.

- ¡Ya casi! -exclamó la inválida señalando la casa de Momo a pocos metros de su ubicación.

¿Y porque estas tres chicas se dirigían a la casa de la más pequeña de todas?.

Habían decidido, que ese apacible sábado, sería noche de amigas. Planeaban hacer una pijamada y se había unido Momo quien en el último tiempo se había hecho muy cercana tratando el tema delicado de Sana, así que ¿qué mejor que hacer su reunión en la casa de la nueva integrante del grupo?

Yoo que podía caminar corrió hasta la puerta y todo el portero repetidas veces.

-¡Momo!, ¡Mina! - también golpeó la puerta hasta que la menor de todas abrió la puerta.

- ¡¿Acaso te están por matar?! - la Japonesa Mayor abrió la puerta alterada a causa de los golpes.

- No, pero Tzuyu si esta por morir. -señalo con su dedo índice a la chica que se acercaba a un paso extremadamente lento.

Las primeras manzanas no habían sido tan complicadas, pero sus brazos aunque eran fuertes se iban agotando con el paso del tiempo. Momo miró la escena y corrió a ayudar a la mayor quien tenía una expresión de sufrimiento.
Se colocó enfrente de esta y tomó el cuerpo de Sana compartiendo el peso, de esta manera lograron llegar más rápido hasta la casa.

La depositaron en el sofá y luego se sentaron junto a esta.
Chou cerró sus ojos descansando.

-Nunca pensé que lo diría. - abrió sólo uno de sus ojos para mirar a Momo. - Pero gracias.

- No fue nada. -sonrió simpática.

-¿Qué sucedió aquí? -Mina salió de la cocina con una bolsa de papas fritas en sus manos mirando la curiosa escena.

-Casi muero a mitad de camino y Chuwi me trajo cargando hasta aquí. -explicó Sana. - Lo siento y gracias.

Chou asintió aceptando ambas cosas y volvió a cerrar sus ojos.

- ¿Me estás diciendo que estas peor? -preguntó Myoui recibiendo un asentimiento.-¿Cómo es posible que una clase de gimnasia te deje tiesa? - Jeongyeon apareció desde la cocina con un vaso con agua y se lo entregó a Tzuyu.

La mayor, en cuanto entregó el líquido, posó su vista en la persona a la que se estaba dirigiéndo sin notar los ojos brillosos de la menor.

-Simple, porque nunca hago ejercicio. -respondió buscando una posición más cómoda en el sofá.

- ¿Entonces se supone que hiciste ejercicio? Porque lo dudo mucho. -continuo Tzuyu riendo con sarcasmo.

- Estuvo muy activa la ultima clase -aclaro Mina- Ya pasaron tres días Sa ¿Puedo decir porque estas así?

Busco el permiso para contar la historia completa más allá de lo que sabían sus amigas.

-Has como quieras, pero todas tengan en cuenta que las opiniones de Mina no son válidas.

- Jihyo estaba en el gimnasio cuando comenzamos con los ejercicios y Sana entró en pánico.

- Es que no quería parecer floja. - se defendió cruzando sus brazos molesta.

- ¡Quisiste impresionarla!. -exclamó Momo entendiendo.

- No es eso, es que ella se ve tan atlética y linda, sólo quería estar a su altura.

- Mi mejor amiga está siendo controlada por el amor. -pronuncio Jeongyeon uniendo sus manos acompañando de un tono lleno de ternura.

- Ejem -Mina careaspeó su garganta para dar nueva información. - Lo mejor de todo es que Jihyo no dejo de mirarla en toda la clase.

Los ojos de las tres chicas se abrieron y no tardaron en demostrar su emoción.

- ¡Y el lesbianismo reina otra vez! -gritó la Taiwanesa extendiendo sus brazos al aire.

- Me hiperventilo. -Momo movia su mano de arriba a bajo abanicando su rostro.

La Taiwanesa se colocó de pie para tomar nuevamente entre sus brazos a Minatozaki pero esta vez verticalmente mientras daba pequeños saltos y Jeongyeon golpeaba el trasero de la bajita repetidas veces.Las otras dos reían hasta que Sana levantó la voz.

-¡Ya déjenme! - gritó para luego ser depositada en el suelo. - A eso me refería con que las opiniones de Mina eran invalidas.

-¿Invalidas como tu? - pregunto Yoo.

- Si, digo, No...¿o si?, no importa- se corrigió luego de haber caído en la tonta broma de su amiga. - Ella cree que Jihyo me estaba mirando pero Yo nunca lo corroborre.

- Porque ni siquiera te dignaste a mirarla desde que comenzamos, ¿acaso tienes miopía o eres idiota?

- Cállate.

- ¿Y saben que dijo Jihyo luego de la clase? -Mina continuo con el chisme.

-Ni se te ocurra decirlo. -amenazó con un dedo acusador y una mirada asesina mientras todas negaban con su cabeza.

-Jihyo odia hacer ejercicio. -prosiguio con su explicacion.- Y tu terminaste así por intentar impresionarla.-¡Son dos pares de flojas! Están destinadas, está más que claro. -culminó Tzuyu en una conclusión acertada.

-Esta bien, lo admito, tal vez si me preocupe un poco por lo que fuera a pensar de mi, ¡Pero eso no volverá a pasar! -aparentemente Sana estaba segura.

- Afirma y reafirma que eso no sucederá otra vez, pero el amor siempre te hace cometer estupideces. -aseguro Yoo enviando un claro mensaje a la Taiwanesa.

Era realmente increíble como había cambiado su relación en cuestión de cuatro días, tan sólo debían abrirse a una amistad sincera para que sus corazones tuvieran más latidos de los que alguna vez habían tenido estando juntas, aunque claro que intentaban evitar demostrarlo, aún no era el momento; por supuesto que aún seguían en un periodo de cambio donde seguían acostumbrandose la una a la otra pero las cosas marchaban mejor de lo que ellas esperaban.-Sin excepción. -agregó Momo. - Creo que todas lo comprobamos mirando sus estupideces. -apuntó al par de beagles.

Ambas dejaron sus expresiones relajadas para pasará a una más duras y asesinas.

-Momo, nos comenzabamos a llevar bien ¿Quieres que vuelva a odiarte? -Profirió Chou con un tono exageradamente tenso y amenazante.

La menor levanto sus manos evidenciando que no volvería a mencionar el tema, por lo menos no frente a ellas.

- Lo siento, lo siento. - se disculpó.- Ahora, pasando a otro tema...-hizo pausa dramática. - En la siguiente habitación hay mucha comida.

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