Capítulo 24

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Un nuevo día en la escuela comenzaba para Sana y, para su desgracia, sería más aburrido porque Jihyo iba a ausentarse.

Resulta que Park, el día anterior, había pasado tanto estrés casi siendo atrapada por Sana, además de la culpa que venía acumulando; que al llegar a su casa tenía casi 39 grados de fiebre e insoportables dolores de cabeza que le hicieron compañía toda la noche.

Estaba somatisando todas las emociones que continuamente la atormentaban.

Pero una vez que Sana cumpliera con su horario de estudio, iría hasta su casa a cuidarla, mientras tanto estaría preocupada la mayor parte del día. Ni siquiera había pensado demasiado en P.J, y eso era difícil ya que sus amigas no paraban de hacerle preguntas.

-¿Tu eres consciente de que esta chica te acaba de confesar sus sentimientos? -preguntó Myoui tomando de una punta el papel escrito.

-No puedo creer que no tienes una, sino dos chicas detrás de ti. -comentó Tzuyu levantando dos dedos. -¿Acaso estamos en algún universo paralelo? Porque esto hace tres meses no pasaba.

-Realmente prefiero no pensar en eso. -respondió Minatozaki con una mueca de desagrado. -Ni siquiera me dan lástima sus palabras, que sienta todo lo que quiera pero siempre me dará asco.

-No voy a justificarla -inició Mina con un tono de voz lento y sereno, atrayendo las miradas de todas. -Pero creo que todas conocemos muy bien la técnica de hacer idioteces que lastiman cuando alguien te gusta.

Myoui comenzó a mover su cabeza en dirección a dos chicas en particular que, tan solo en su mirada, podía notarse que querían golpearla contra el piso hasta que se volviera parte el y regresara a su lugar de origen.

-En fin. -Jeongyeon rompió el silencio rodando sus ojos -El lado bueno es que ya no volverá a molestarte -comentó -Esto es muy repentino pero, deberíamos estar festejando ¿No?

-Es una excelente idea -apoyó Tzuyu . -¿Qué tal si al salir de aquí vamos a divertirnos a algún lugar?

La propuesta de la menor fue aceptada por todas al instante, excepto, por Sana quien lucía muy dubitativa a la hora de tomar la decisión.

-¿Es en serio? Tu deberías ser la primera en aceptar. -opinó Mina sorprendida de la aparente indecisión de la castaña.

-Si, claro que aceptó. -respondio, aunque algo insegura. -Solo que también quiero ir hasta la casa de Jihyo porque esta enferma y me preocupa.

La explicación había logrado aclarar las ideas de las chicas pero no justificaba por completo a Sana.

-Eso no te impide celebrar tu propio bienestar y el hecho de haberte liberado de esa tortuosa chica. -respondió Jeongyeon-Ademas, ¿dónde quedó lo de amigas antes que novias?

-No seas tan agresiva. -la detuvo Tzuyu con una mirada que pareció serenar a la mayor. -No tienes porque elegir una sola opción, administra tu tiempo y puedes venir con nosotras para más tarde ir con Jihyo, es muy simple.

-Tzuyu tiene razón. -adhirió Mina. -¿Tu que opinas Momo?

Si, Momo había estado todo ese tiempo con las cuatro chicas pero en un absoluto silencio. Estaba en su propio mundo escuchando y recibiendo la información externa luchando contra sus propias sensaciones ilógicas cada vez nombraban a Park Jihyo.

-Ehm...si, opino igual que Tzuyu. -respondió saliendo de su trance.

En aquel instante el timbre hizo presencia llenando los pasillos y tapando las voces de los estudiantes con el estruendoso sonido.

-El próximo año, el día de mi graduación, vendré con un hacha y romperé ese maldito timbre. -declaró la Taiwanesa. -Es lo mejor que puedo hacer por este lugar.

Mientras refunfuñaba y las demás reían al mismo tiempo que se ponían en marcha a sus salones, Momo tomó del brazo a Sana deteniendo su camino.

-¿Cómo se enfermó Jihyo?

Tal vez la pregunta no era lo suficientemente relevante y no concordaba con el momento de la conversación, pero había nacido desde el subconsiente de la menor.

-No lo se, pero hasta donde yo se no es nada grave, solo temperatura alta y dolores de cabeza. -explicó. -No parece nada fuera de lo normal, pero estuve pensando que tal vez haya estado incubando alguna bacteria o virus porque hace algunos días comencé a notarla extraña.

-¿Extraña?

-Si, más bien, ¿decaída puede ser la palabra? -Momo asintió. -Hace unos días, mientras hablábamos, noté que estaba muy animada pero, de repente, su rostro palidecia y su expresión era realmente preocupante.

-Tal vez sea una simple gripe, no te preocupes.

La pequeña Hirai siempre había sido una persona muy elocuente, de un amplio vocabulario y gran calidad en su redacción y expresión. Su principal problema se encontraba en el hecho de no lograr expresar verbalmente a sus amigas lo que le transmitía su instinto porque, únicamente, estaba basado en ideas inconclusas, ilógicas e inconexas.

Pero aunque no supiera ponerlo en palabras, tampoco quería acabar el tema allí. No iba ni podía dejarlo en manos del azaroso destino, y como no pensaba quedarse ni con la más mínima duda, le haría caso a su instinto. Sin embargo, no podia guiarse únicamente por el, primero debería buscar pruebas fehacientes que le dieran la razón para luego continuar.

Existia la posibilidad de que en su búsqueda no hallará nada que comprobara lo que sentia, y de ser así, iba a tener que asumir que tal vez había cometido un error. Pero no iba a dar nada por sentado sin antes intentarlo.

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-Callate Nayeon, me duele la cabeza. -pidió Jihyo con una mano en su frente, recostada en la cama y cubierta casi por completo con las mantas.

-Como tu quieras, pero lo que te está sucediendo no es casualidad y se que esto es por Sana. -afirmó señalandola con su dedo índice.

-Lo último que necesito ahora es que me des un sermón y me digas que estás son las consecuencias de mis actos. -dijo Park abriendo con pesar sus ojos para mirar, con la poca fuerza que le quedaba, a su amiga.

-No lo iba a hacer. -respondió levantando sus manos en señal de inocencia.

El silencio reinó por unos cuantos segundos hasta que Jihyo volvió a mirar fijamente a su amiga y con desgano rodó los ojos.

-Dilo o explotaras. -ordenó con dificultad leyendo las facciones que tanto conocía de Im.

-Excelente, pero tranquila que no es un sermón, es una pregunta -garantizó -¿Pensaste en el pequeño, gran, detalle que significa que Sana conoce tu letra? Es decir, si ella o cualquier de sus ami...

-Ya entendí. -respondio cerrando sus ojos. -¿Y tu pensaste que los insectos, en promedio, viven hasta los cinco años? Así que puedes explicarme porque sigues viva.

-Porque sería una pena que un encanto como yo se fuera de este mundo. -contestó orgullosa de si misma. -¿Aún no tomaste tu té ? Tomalo o soy capaz de inyectartelo.

Reprocho la Mayor una vez que noto el té sobre la mesa de luz de Jihyo intacto desde hace varios minutos

-No seas tan agresiva y baja el volumen de tu voz.

-Por algo dicen que al amor no es divertido si no es rudo. -tomó el té y se lo pasó a Park. - ¿Me puedes contestar?

-No se que quieres que responda, eso no es una novedad, estoy evitando que Sana vea mi letra hace mucho tiempo y todavía sigo pensando una solución. -respondió cansada de la insistencia de Nayeon -Mientras que ella no esté aquí, es decir, en casa, donde mires por donde mires hay cosas con mi caligrafía, puedo evitar que me descubra.

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