Capítulo 7

298 35 3
                                    

Capítulo 7: ¿Adoptamos un gatito?

Me había levantado bastante más tarde que de normal, pero después de la noche que habíamos pasado Alba y yo lo agradecía. Habíamos estado hasta altas horas de la noche buscando por internet algún sitio de Valencia donde adoptar un gato para cada uno, pues en tres días eran sus cumpleaños y no habían parado de repetirnos que querían un gato.

-Buenos días, marmotilla número tres.- Me saludó Alba cuando llegué a la cocina, donde Tomás y Natalia estaban desayunando.

-Buenos días, marmotilla número uno.- Le saqué la lengua, dejando un beso en sus labios y yendo después a los otros dos, besando la frente de cada uno.- ¿Cómo habéis dormido?

-Yo he tenido un sueño súper raro.- Empezó a contarme Tomás, súper emocionado.

Cuando los dejamos en el colegio, dejé a Alba en su trabajo y yo, que tenía turno de tardes en la cafetería donde estaba trabajando, aproveché y me acerqué a la protectora de animales que habíamos estado mirando la noche anterior.

Al llegar, no pude evitar fijarme en dos gatos en concreto, bastante pequeños. Uno negro, aunque más tirando a gris y el otro negro y blanco.

-Hola, ¿te puedo ayudar en algo?- Escuché detrás de mí, por lo que me giré con una sonrisa.

-Estaba buscando para adoptar a dos gatitos.

-¿Veo que ya les has echado el ojo a dos.- Señaló, efectivamente, a los que había estado observando desde que había llegado.

-Son monísimo.- Asentí, empezando a tocar a uno de ellos y soltando una pequeña risa al ver cómo el otro se acercaba también a mi mano.

-Pues si quieres, son tuyos.- Se acercó para acariciar también a los gatos.

-¿Podría recogerlos en un par de días? Es para regalárselos a mis hijos por su cumple.

-Sin problemas, sí.- Asintió.

Tras dejarle mis datos apuntados, me dirigí a casa. Alba, que llegó no mucho más tarde para comer, me preguntó enseguida por cómo había ido la visita a la protectora.

Dos días después, como había acordado con la chica que estaba en la protectora, nos acercamos Alba y yo a recoger a los dos gatos.

-¡Pero si son monísimos, Nat!- Me miró ilusionada.- ¿Cómo no me lo habías dicho?

-Te lo dije nada más verte.- Solté una risilla.

-Te quedaste cortísima.- Miró a la chica, pidiéndole permiso después para coger a la gata.- ¿Tienen nombre?- Se interesó.

-Esta pequeñina vino con un collar en el que ponía Queen... El otro vino sin nada, así que no hemos querido ponerle un nombre de momento.- Nos explicó con una sonrisa, sin dejar de acariciar al gato que aún tenía entre sus brazos.

-¿Estamos de acuerdo entonces en llevárnoslos?- Intervine en la conversación.- Al final vamos a ser nosotras las responsables de cuidarlos.

-Que sí, que sí.- Respondió Alba con una sonrisa.

-Estás tú más emocionada de lo que van a estar esos dos, Albi.- Me reí sin poder evitar dejar un beso en su mejilla.

Y así fue. Desde que salimos con los dos gatos de la protectora, hasta que tuvimos que irnos a recoger a Natalia y a Tomás del colegio, Alba se había pasado todo ese tiempo jugando con los dos gatos. Comprobamos que llevaban bien entre ellos, lo cual era algo que debíamos resolver cuanto antes.

Algún que otro incidente tuvimos, como un vaso de cristal roto en mil pedazos cuando el que aún no tenía nombre, corriendo mientras huía de Queen, saltó al banco de la cocina, estampándose contra el vaso y tirándolo al suelo. Por suerte él no se hizo nada, que es en realidad lo único que nos preocupaba.

Será que llega el otoño.//AlbaliaWhere stories live. Discover now