Capítulo 22

255 23 5
                                    

Capítulo 22: ¿Solo fueron dos primaveras?

Siento el paso del tiempo cada vez más rápido. Cómo Alba se va marchitando cada día un poquito más. Me he sentado a escribir mientras ella sigue durmiendo, y a cada verso que escribo siento que me rompo un poquito más.

Casi no recuerda nada. Últimamente solo sabe hablar del pasado, porque es en lo único que no falla. Lo único que recuerda.

Es domingo y vienen todos a comer. Antes solíamos hacer las comidas en casa de Marina, pero yo prefiero no marear a Alba con tanto cambio de sitio. Intento no coger el coche con ella para no desorientarla tanto.

-Buenos días.- Saluda Marina. Anoche se empeñó tanto en venir a ayudarme con la comida que al final tuve que ceder.

-¿Y Alba?- Susurra por si duerme, cosa que le confirmo cuando señalo la habitación.

Nos quedamos hablando un poco de cómo ha ido esta semana. Todos los días me pregunta por ella, incluso la llama, pero Alba casi ya no habla por teléfono. No es capaz de reconocer con quién habla cuando es por teléfono.

-¿Has estado llorando?- Me pregunta preocupada cuando ve mis ojos algo rojos. Yo asiento. Necesito hablarlo con alguien, porque para mí no está siendo nada fácil. Le extiendo una libreta donde he apuntado mis últimos versos dedicados a Alba. Después de esto no quiero volver a escribirle. No si todo va a ser llorarle, porque se merece mucho más que eso.

"Te miro en la distancia
por miedo
de que no me mires

con ese cariño infinito.

Por miedo

de que tu última lágrima

sea con desconfianza

y sin un ápice de amor.

Te miro en la distancia

guardando un abrazo
que lleva consigo

todo lo que te quiero

pero que siento que nunca supe demostrarte.

Te miro en la distancia

viendo cómo te marchistas

como una flor

en mitad de la nada.

Viendo cómo se va cayendo

cada pétalo

sin opción

a seguir regando tus raíces.

Viendo cómo tus manos
ya no acarician mi piel.

Viendo tus labios

buscar mi mejilla sin motivo para ti.

Notando cómo se me estruja el alma

cada uno de los días

en el que cada vez

mi nombre se borra un poco más de tu mente".

-Natalia...- Musita Marina. Sus ojos reflejan el mismo dolor que los míos.

-No puedo más, Marina.- Sollozo sin poder evitarlo, abrazándome a ella en cuanto suelta la libreta.

Nos quedamos ahí de pie, abrazadas. Le lloramos a Alba todo lo que no le hemos llorado aún, porque nos negamos a que nos vea mal. Nos negamos a que ella vuelva a pasarlo mal por algo que no controla. Porque no, ya no es consciente de lo que le ocurre. Ya no sabe en qué día vive, ni cuántos años tiene.

Será que llega el otoño.//AlbaliaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang