Capítulo 13

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Capítulo 13: ¿Perdimos a Olivia?

Nos habíamos levantado más pronto que de normal. Un domingo a las siete de la mañana. ¿Que qué hacíamos despiertas a esas horas?

-¡Abuela, vamos!- Se quejaba Olivia mientras intentaba despertar a Alba.- ¡Tengo hambre!

-Oli, cariño.- Me levanté y la cogí en brazos, yendo hacia la cocina con ella.- ¿Qué quieres? ¿Un colacao?- La senté en la silla, dejando un beso en su mejilla.

Le habíamos pedido a Natalia que nos dejara a la niña, porque hacía mucho tiempo que no pasábamos con ella el día y era algo que echábamos de menos. Además, nos teníamos que ganar el puesto de abuelas favoritas.

-¡Chi!- Aplaudió por unos segundos.

Me puse a preparar el desayuno de la pequeña y, ya que estaba, el de Alba y mío. Hice café, varias tostadas, y miré a Olivia, que estaba con más energía que nunca y no dejaba de moverse en la silla.

-¿Vamos a despertar a la abuela?- Se bajó enseguida de la silla, corriendo a la habitación y volviendo con el ceño fruncido, cogiéndome de la mano y tirando de mí con prisas.

Se colocó al lado de Alba y empezó a pasar su mano con cuidado por su cara. Así solíamos despertarla nosotras.

-Abu.- Murmuró, dejando un beso en su abuela.

-Pero bueno.- Se dio la vuelta para ponerse cara a ella, cogiéndola y repartiendo un montón de besos por su cara, provocando las risas de la niña.

-Vamos a desayunar.- Se levantó otra vez, yendo hacia la cocina ella sola. Alba y yo nos miramos, sabiendo que aquel día nos esperaba una buena. Cuando esa niña se levantaba con energía, no había quien la parara.

-Hoy está más terremoto de lo normal.- Le informé a Alba, que suspiró con pesadez.

-Es lo que tiene que tenga tres añitos.- Se encogió de hombros, sentándose en la cama y colocándose las zapatillas de estar por casa.- Venga, vamos antes de que venga toda enfurruñada a por nosotras.

Desayunamos las tres con toda la tranquilidad que Olivia nos daba, que no era mucha. Se vistió ella sola, con lo que quiso, porque según ella ya era súper mayor y no necesitaba ayuda de nadie. Salió hecha un cuadro, así que le sugerimos que se cambiase de ropa con la excusa de que hacía algo de frío. Esa vez sí que nos pidió ayuda.

Iba cogida a mí mientras Alba llevaba la bolsa con todo lo necesario. Íbamos a pasar el día a un parque que estaba por la Avenida del Cid; el Parque del Oeste.

Lo primero que hizo nada más entrar fue entrar en el laberinto de arbustos que había. Ella, siendo tan bajita, no nos veía. Y Alba casi que tampoco, así que mientras yo vigilaba desde fuera, las dejé jugando a ellas dos.

Me acerqué después a una de las mesitas que había mientras ellas se perseguían y se buscaban. Lo coloqué todo para cuando llegaran, almorzar. Habíamos hecho varios sandwiches, de jamón y queso para Olivia y para mí, y de hummus para Alba.

Llegaron media hora después, cuando a Olivia le entró sed y me buscó por todo el parque, según me contaba Alba.

-¡He ganado yo!- Sonrió orgullosa, mirándome.

-¿Ah, sí?- Sonreí, extendiéndole mi mano para que me chocara.- La abuela es que nunca gana, ¿sabes?

-¿No?- Alzó las cejas sorprendida.

-Nunca.- Le confirmé.- Siempre le gano yo.

-Nat.- Alzó una ceja, mirándome con los brazos cruzados.

Será que llega el otoño.//AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora