Capítulo 10

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Capítulo 10: ¿Natalia sigue siendo una sinvergüenza?

Desperté a Alba cuando el reloj marcaba las diez de la mañana. Había trasnochado ultimando los últimos detalles del proyecto en el que estaba trabajando por aquel entonces.

Eran menos dos minutos cuando el nombre de Natalia aparecía en la pantalla.

-Nos vamos al hospital ya, Natalia.- Escuché a su novio.

-¿Ya?- Me levanté al segundo, yendo hacia la habitación.- Nos vemos en un rato, entonces.

Colgué y, sin esperar mucho más, desperté a Alba mientras iba preparando un par de cosas para llevar al hospital. Alba no tardó ni medio segundo en saltar de la cama cuando le dije lo que ocurría.

Veinte minutos tardamos en llegar a la habitación donde estaba Natalia, con el ceño fruncido y cara de dolor.

-¿Cómo va eso, valiente?- Preguntó Alba con una sonrisa, acercándose a ella y cogiéndole la mano.

-¿Pero tú cómo tuviste dos sin morirte?- Se quejó.

-Yo aún no me lo creo.- Musité.

-Vas a ser abuela.- Me miró con una sonrisa, extendiéndome la otra mano.

-Y tú vas a ser mamá.- Le cogí la mano, dejando un beso en esta y sonriendo tanto como ella.

-Ya estoy aquí, amor.- Se escuchó después de que se abriera la puerta.- Uy, cuánta gente de repente.- Soltó una pequeña risa.- ¿Cómo están mis suegras favoritas?

-Atacadas.- Contestó Alba por las dos.- ¿Tú cómo lo llevas?

-¿Hugo? Hugo lo lleva peor que yo.- Contestó Natalia, soltando una pequeña risa y olvidándose del dolor por unos segundos.- Si cuando he roto aguas he tenido que hacerme la bolsa yo y todo porque él no sabía ni por dónde empezar.

-Hombre tenía que ser.- Le picó Alba.

-¿Tú ves por qué Natalia es mi suegra favorita?- Le sacó la lengua, pues en realidad era mentira. Esos dos se adoraban desde el primer momento.

Flashback.

-Y por favor comportaos.- Nos pidió por enésima vez Natalia.

Era la primera comida oficial con su novio. Y digo oficial porque ya lo conocíamos de alguna vez que había venido a recogerla y habíamos coincidido.

-Que sí, ¿desde cuándo no me comporto yo?

-Desde que tu madre es la Rafi.- La miré divertida.

-Hoy duermes en el sofá, por lista.- Me sacó la lengua.

-Seguís teniendo dos años.- Nos miró Natalia con las cejas alzadas.- ¿Maduraréis alguna vez?

-No.- Contestamos las dos a la vez.

El timbre sonó y, automáticamente, todo se volvió silencio. Tomás salió de su habitación, ya cambiado, y Natalia nos dedicó una última mirada de advertencia.

Sin embargo, y como era de esperar, fue sentarnos en la mesa y Alba empezar con el interrogatorio que, sin duda, había aprendido de su madre.

-¿Qué intenciones tienes con mi hija?

-Eh... Pues... Yo....- Lo vi mirar de reojo a Natalia, que negaba con la cabeza.

-Mamá, por favor.- Le suplicó con la mirada. Yo intenté echarle un cable, tanto a Natalia como a Hugo, porque sabía lo que era pasar por el interrogatorio Reche, con la diferencia de que al menos, en mi caso, había confianza de cagarla en alguna pregunta porque la Rafi me conocía desde siempre.

Será que llega el otoño.//AlbaliaWhere stories live. Discover now