¿Quién vino al encuentro?
Hacía tiempo que no conseguíamos coincidir todos, y aunque algunos no pudieron venir a una cena que decidimos hacer un viernes cualquiera, conseguimos estar muchos de nosotros.
Eran las siete y media cuando Alba empezó a prepararse, alegando que debíamos ir con tiempo para poder ir andando.
-Albi, ¿me dejas el rojo?- Señalé el pintalabios que estaba usando.
-Depende.- Se giró para quedar frente a mí, yo alcé una ceja, sin entenderla. Acto seguido, se colocó el pintalabios para después acercarse a mí y darme un beso. Yo sonreí, negando con la cabeza.
-Gracias, amor, pero creo que no es suficiente.- Le quité el pintalabios de la mano, aplicándomelo yo esta vez.
-La gracia era seguir intentándolo, Nat.- Me reprochó con una sonrisa.
-Anda, tira que aún llegaremos tarde.- Dejé un beso en su mejilla, haciendo que se quejara puesto que el exceso de pintalabios había terminado en su mejilla.
-Me toca empezar desde el principio, por graciosa.- Me sacó la lengua. Yo me reí.
-Te espero en el comedor, rubia.
Quince minutos después, y para mi sorpresa, Alba entraba al salón ya lista para irnos. Decidimos ir andando, pues aunque quedaba un poco lejos el bar "El encuentro", íbamos con tiempo de sobra.
-Hace un montón de tiempo que no vemos Julia.- Comentó Alba.
-Pues sí. Con la que más tenemos relación es con la Mari. También por cercanía.
-Qué ganas de verlos, jolines.- Hizo un puchero. Yo sonreí al verla. Si la quería más explotaba.
-¿Sabela al final viene?- Negué con la cabeza.
-Se queda con su nieto, que Adrián tenía una conferencia en Barcelona.
-Jo, pues que se lo hubiese traído.
-La gracia era quedar sin niños de por medio, Albi.- Solté una risilla.
-Ay, ya, pero es que, ¿tú lo has visto?- Me miró con un puchero. Yo volví a sonreír.
-Es monísimo, sí.- Estuve de acuerdo con ella.
Tardamos unos veinte minutos en llegar al sitio donde, para nuestra sorpresa y la del resto, María ya estaba sentada guardando una mesa.
No faltaron las coñas sobre la puntualidad de María, porque era la que siempre llegaba tarde a todas partes.
-Ya sabéis que desde que fui madre me volví más responsable.
-María, casi pierdes a tu hija el primer día.- Le contestó Marta, riéndose.
-Bueno, bueno.- Hizo gestos exagerados con las manos, como si Marta exagerase.- Pensaba que la llevaba encima y resulta que estaba en el carro, no es para tanto.
-Y saliste de a tienda sin el carro.- Puntualicé yo que también me empecé a reír.
-¿Os tengo que recordar cuando vosotras casi perdisteis a Olivia?- Nos señaló con el dedo mientras entrecerraba los ojos. Nosotras soltamos una pequeña risa. La verdad es que no éramos el mejor ejemplo tampoco.
-Es que, que levante la mano quien no haya tenido algún susto con un ser pequeño que dependa de ella.- Obvié. Nadie levantó la mano. Todos, en algún momento, habíamos mandado un mensaje de alguna anécdota que, por suerte, se había quedado en eso; en una anécdota.
Pedimos para cenar y yo, como siempre que salíamos a un bar que no tenía demasiadas opciones veganas o vegetarianas, me pedí una ensalada, al igual que Alba.
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BẠN ĐANG ĐỌC
Será que llega el otoño.//Albalia
FanfictionBueno, pues la cuarta parte ya, no os digo nada que os desvelo cositas