Carta a Lucifer XIII

3.8K 417 123
                                    

Querido Lucifer:

No tenía la motivación de levantarme, apenas la tenía para respirar. Sucio y demacrado, en algún punto de la noche deje de llorar y es que de algún modo ya no me sentía capaz de seguir llorando. Totalmente a oscuras en la habitación, a pesar de ser más de medio día.

Suspire, el vacío que se instaló en mi putrefacta alma luego de lo que hiciste. Es equiparable al dolor que recorre cada fibra de mi mal herido cuerpo, aún desnudó. La ropa hecha harapos esparcida por el suelo. Cerré los ojos, de algún modo quería pensar en esto como una pesadilla, deseaba volver a esos momentos meses atrás, dónde todavía éramos felices.

Observé durante tanto tiempo el anillo, que había perdido todo matiz romántico y dulce. Para adquirir el frío sentir de una sentencia. Arrastré la mano fuera de mi refugio, testigo de como la argolla serpiente brillaba descaradamente bajo la poco luz que se filtro por las cortinas.

Tocaron tímidamente la puerta, mi único consuelo fue saber que no eras tú, en su lugar y sin esperar respuesta. Entró una diablilla de la servidumbre, una de mis orejas revoloteó al captar el sonido de un par de cascos contra el suelo de mármol.

No me moví, no la miré, ni siquiera di indicios de estar despierto. Pero, de alguna forma ella sabía que estaba despierto. La escuché servir un café y destapar el almuerzo, no tenía apetito. El malestar en mi estómago era uno de los tantos motivos.

Ella dudo por un momento, antes de hablar. Con todo el respeto con el que se le puede hablar a su majestad, aunque el temor se colaba en su voz. Le dije que no tenía apetito, pero insistió. Se excusó con que tú la habías enviado. Me alcanzó una bata para poder cubrirme.

En esfuerzo de se sentarme en la cama fue titánico, tambalee. Respiré profundamente, conteniendo cualquier queja o jadeo de dolor, forcé una sonrisa para intentar calmar a la pobre mucama. Arrastré los pies fuera de las sucias sábanas, cubriendo lo necesario con la bata.

Levanté la vista del suelo, ella estaba mirando el sangrado entre mis piernas, el pánico pintado en su rostro. Debió notar el desagradó en mi expresión, a cambio recibí una mirada de pena y lástima, como si de alguna forma diera su más sentido pésame.

Odio que me tengan lástima...

No hubo más contactó visual, reuní todas mis fuerzas para poder ponerme de pie. Las punzadas en el vientre regresaron, obligandome a tomar de apoyo a la diablilla. Llegar a la ducha fue difícil, a cada paso que daba los pinchazos en toda la parte baja de mi cuerpo eran sumamente fuertes.

El agua de la bañera se tiño de rojo al hacer contacto con mí piel, los rasguños y hendiduras de tus dientes ardían. Limpiarlas y venderlas fué de lo más doloroso, tragandome el orgullo al no poder hacerlo sólo.

Ahora que mi amplío abanico de poderes y trucos, fueron cortados significativamente por tú intervención, pasé días enteros postrado en cama por tu bestial arranque de irá. La diablilla se había encargado de ayudarme en todo momento, aún si aún no conseguía hacerme probar bocado alguno. Al menos había logrado hacer un cambio de sábanas  periódicamente.

Fuiste muy inteligente al sellar la habitación contra cualquier tipo de magia, de mantener a mis amigos alejados del palacio. Incluso de tú hija Charlotte, manteniendome totalmente aislado. Sin posibilidad de escapar o pedir ayuda.

Sobre todo, luego de lo que nos hiciste, Lucifer...

• • •

•Notas del autor privado de sueño y con la percepción de la realidad bien alterada:

•Esta carta me costó un huevo y medio, porque. Prácticamente tuve que buscar entre los recortes de las cartas aplazadas, para poder redactarla con la grandiosa ayuda de mi beta.

•Y cuando me refiero a recortes, prácticamente eran líneas pequeñas que ayudaron a darle estructura. Y originalmente no estaba la imp mucama.

•Quiero agradecer el apoyó que esto está teniendo, porque de lo contrario esto ya lo hubiera abandonado desde la carta V.

•Y bueno, sin nada más que decir. No olviden tomar awita y cuidense mucho, chao.

Atte: Mr. Radio Demon

Cartas a LuciferWhere stories live. Discover now